Es mediodía y el intenso sol de Arequipa no desanima a quienes forman una larga cola para ingresar a la emblemática panadería La Lucha, ubicada en el corazón de la ciudad en calle Rivero. El 1 de noviembre cumplió 132 años de atención en la Ciudad Blanca. La calidad y variedad de sus postres siguen siendo el sello que caracteriza a este negocio familiar, el cual nació como un emprendimiento de su fundador Don Cipriano Vilca natural de Puno.
Diariamente, elaboran 30 postres entre los que figuran las milhojas, maicillos, volares, trujillanos pastel, piononos, guatemalas de anís, pan de canela, entre otros. Sin embargo, la estrella de la panadería son las guaguas. Panes que representan figuras de bebés, llamas o palomas, y se elaboran especialmente en noviembre, Semana Santa y fiestas patronales. Se rellenan de manjar blanco de la casa y adornan al pedido del cliente. Su medida va desde los 15 a 50 centímetros.
LEA TAMBIÉN: Detectan deficiente acopio de cereales y leche en distrito en Paucarpata
La preparación de las guaguas es tradición de La Lucha. Su elaboración se hace con la receta familiar enseñada generación a generación. En la cocina laboran 20 maestras del pan que preparan pedidos de 200 personas al día.
Para la temporada navideña, La Lucha ya puso en venta los panetones. Su envoltura no es rimbombante, pero el sabor es incomparable. Ingresar a la panaderia supone un viaje en el tiempo. El olor del pan recién horneado, de manera artesanal de antaño, cubre todo el local. El cliente pasa por la cajera para hacer la orden y pedir un ticket. Pasos más adelante observa el despacho. Todo es transparente lo que da confianza al comprador, explica Karina Coaguila. La mujer de 38 años trabaja en La Lucha por casi dos décadas. Asegura que el secreto de la preferencia es brindar el mejor producto.