Óscar César Manzanares Pérez en 1974, fundó con su padre el colegio “José Carlos Mariátegui”, de inicial, primaria y secundaria, donde fue director 45 años.
Hoy es directivo de la promoción 1964 del Colegio Nacional de la Independencia Americana, que cumple su 60º Aniversario. “Siempre me interesó la educación. Al terminar la universidad, en 1973, formé el Centro de Educación Especial ‘Ovidio Decroly’ para niños con retardo mental y sordomudos”, recuerda.
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“El año 2009, contraje cáncer al colon, que reapareció el 2016. El 2020, sufrí una septicemia generalizada. Estuve tres meses hospitalizado y un mes en la UCI. El médico me anunció que solo viviría entre seis a doce meses. Sin embargo, aquí estoy. Fue un milagro de Dios”, explica divertido.
“Me sometí a diecisiete operaciones, por el cáncer, la vesícula, el apéndice, un problema de hernias y tengo un clavo en la muñeca por un accidente. Desde joven tengo parálisis facial. Mis amigos me llamaban ‘Mediobeso’, en broma”, dice sonriente.
Siempre ha practicado los deportes, como básquet y frontón, en el que fue campeón en 1996. El 2008, fue campeón internacional de la International Tennis Federation (ITF) en un torneo de dobles en el Club Internacional, junto a su amigo Ernesto Torreblanca, y ha sido cuatro veces director del Club.
Cada mañana practica el tenis, con un notable desempeño. Además, conduce su auto hasta Mollendo dos veces por semana, para bajar su nivel de hemoglobina y gozar en su casa del mar y del sol. Hoy trabaja en su propia empresa de construcción, “2M Manzanares”.
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¿Cómo ha logrado superar tantos reveses?
Creo que hay tres cosas fundamentales. Lo primero es la actitud mental positiva. Nunca he caído derrumbado, siempre he insistido en salir adelante. En una ocasión, perdí 700 mil soles que había depositado en una entidad financiera, que finalmente quebró, entre otros problemas que superé.
En segundo lugar, la herencia de mi madre, Matilde Pérez de Manzanares, empresaria, nombrada “Madre Arequipeña” cuando tenía 95 años. Y la más importante, mi profunda fe en Dios. Hoy llevo una vida espiritual. Cada mañana, agradezco a Dios por el milagro de la vida, leo la Biblia y trato de aplicar lo aprendido. Además, envío por teléfono mis ‘Perlitas bíblicas’ a más de 400 amistades y los domingos difundo canciones que yo mismo interpreto, afirma.
Como docente, ¿por qué cree que hay tantos problemas entre los jóvenes?
El alejamiento de la mujer del hogar, ha sido negativo, aunque fue por motivos de trabajo. La formación y los valores se dan en el hogar, no en el colegio. Es un error que los padres pretendan entregar esa función al plantel. Luego, la excesiva permisividad en que vivimos. No hay límites, niños y jóvenes hacen y deshacen sin control. De cada diez matrimonios, siete se divorcian y los hijos “pagan el pato”. Creo que el celular, utilizado sin control, se ha convertido en la ‘niñera’ de los hijos.
¿Cuál considera que es la calidad del sistema educativo?
Vivimos en una sociedad enferma y la familia, la comunidad y las autoridades, son parte de ella. La educación, en muchos casos, se ha convertido primordialmente en un simple negocio. Se ha debilitado la vocación de servicio del maestro. Todos buscan su propio interés. Estamos viviendo el fin de un sistema de vida, que debe cambiar con ayuda de Dios porque, si no, va camino a su destrucción.
Como parte de mi actividad, estamos organizando para el 30 de agosto con el promotor Roberto Sánchez, una reunión de confraternidad del Club Atlético Bolívar, un semillero de deportistas que cumple 91 años, para reunir a los seleccionados de mini básquet que integraron la selección de Arequipa y campeonaron en 1991, en Lima, y en Tacna, en 1992.