El aparente respiro de calma que vive Arequipa en la lucha contra las organizaciones criminales podría ser solo la antesala de un nuevo estallido de violencia. “Cuando hay silencio de una organización criminal, no es un motivo para estar tranquilos; por el contrario, significa que algo están preparando. Podrían estar reestructurándose”, así lo advirtió el jefe de la Región Policial, general PNP Olger Benavides.
El general alertó que las bandas desarticuladas meses atrás habrían iniciado un proceso de reacomodo interno para retomar sus actividades ilícitas. La advertencia surge pese a que la Policía logró encarcelar a 13 integrantes de estas redes delictivas, consideradas responsables de la disputa por la venta de drogas, extorsiones y ajustes de cuentas en la ciudad.
Desde agosto no se registra un nuevo ataque, pero el último hecho violento todavía marca un precedente: un sicario encapuchado ingresó a una vivienda en el distrito de Cayma y mató a Jesús Alberto Calma Becerra, venezolano de 23 años, a quien acusó de pertenecer a la banda rival. El atacante sería miembro de “Los Orientales”, grupo enfrentado a “Los Negritos”.
Para la Policía, esta pausa no significa disminución del riesgo. Benavides explicó que estas estructuras son “reciclables”: cuando un cabecilla cae, otro ocupa su lugar, lo que obliga a la División de Investigación Criminal a seguir el rastro de los que continúan prófugos.
De los 27 integrantes inicialmente identificados, varios escaparon de la región tras conocer que tenían orden de captura. El general añadió que, aunque los delitos comunes como robos y homicidios han mostrado una ligera reducción, las extorsiones siguen siendo un problema.





