Se habla de una escuela arequipeña de pintura, sin embargo, cada pintor tiene un modo diferente de ver e interpretar la realidad. (Foto: Limagris)
Se habla de una escuela arequipeña de pintura, sin embargo, cada pintor tiene un modo diferente de ver e interpretar la realidad. (Foto: Limagris)

Hasta fines de este mes, en el Museo de Arte Contemporáneo Arequipa (MACA), en la Casa de Museo, sita en la alameda San Lázaro 120, se expone la muestra pictórica colectiva “La Personalidad artística”, curada por, director del MACA y crítico de arte, a quien entrevistamos sobre ella.

¿Por qué el título de Personalidad artística? En esta muestra, la propuesta curatorial parte de la idea de que los pintores invitados tienen una personalidad artística definida y expresada en cualquier medio o tema, que corresponde a su modo de representar la realidad, reimaginarla, exagerarla o sintetizarla utilizando desde la representación figurativa hasta la fantasía, con formas y símbolos, que en conjunto compositivo se convierten en metáfora que produce una emoción estética y contemplación.

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¿Aun si son todos paisajistas? Acercándonos a nuestros artistas, y aun solamente a los paisajistas tradicionales, se puede reconocer al autor –más allá de su habilidad técnica aprendida–, en su idea de lo estético y su modo de reflexionar sobre la realidad en la que centra lo que crea, para lograr una recreación en el espectador que resulte en una lectura distinta de lo expresado intencionalmente. Así, autor, obra y gozador tienen vida propia que se dinamiza en el triple encuentro.

¿Cuántos pintores participan? Seis pintores arequipeños, que con múltiples motivos y su representación han logrado entender y usar la pintura como medio para ser ellos ante la realidad, y así reinterpretarla, cuestionarla y exaltarla desde sus ideas de la estética, en un constante, progresivo y cambiante ejercicio de una personalidad artística, que puede ser diversa técnica y temáticamente, pero en cada uno hay una voz en contrapunto con la sociedad a la que se dirige y transmite.

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¿Quiénes son? Desde Guillermo Barreda (1918 – 2002), autodidacto que inicia en Arequipa el arte moderno; José Ricketts (1950 – 2019), en su mundo imaginado, y Percy Herrera (1954), donde la vida es nocturna y la luz artificial, llegamos a David Villalba (1967) su elección familiar y autoafirmación, y Leonel Pamo (1975) de colorida e iluminada cotidianeidad. En medio, Ricardo Córdova (1961), bisagra entre lo emocional y lo reflexivo, lo académico y lo experimental.

¿Qué los diferencia? Barreda, llamado el pintor filósofo, sostenía sus ideas en su pintura, en la que aplicaba y experimentaba nuevos materiales y técnicas, especialmente cuando cultiva los “ismos” expresionista y abstracto, o vanguardias como el fauvismo. Ricketts, “El Choclo”, comenzó pintando temas arequipeños con Luis Palao. De cebollas como tema real pasó a duendes y seres más personales que poblaban un mundo inventado, inspirado en la realidad, pero transformado en su visión estética y necesidad de darles rostros, cuerpos y ambientes propios de un mundo recreado y fantástico. Herrera, tiene preferencia por la vida nocturna de artistas y escritores, donde la luz es la artificial que ilumina y saca el color de esa vida rebelde, libre y creadora del mundo bohemio, que él conoce, habita y documenta, reflejando un territorio de ensueño que permite la poética del artista. Villalba, retrata a padres y parientes, en una afirmación personal desde el origen y las transiciones que implica la migración, el enfrentar nuevos medios y retos manteniendo la unión familiar, los anhelos de bienestar en medio de cambios sociales. Leonel Pamo, tiene preferencia por la luz y el color con pinceladas anchas y rápidas, con texturas que realzan los contrastes de color para darles brillantez y luminosidad de sol, pero la luz implica sombra, allí es donde completa sus contrastes y reafirma la composición personalizando su pintura. Y, el sexto, Córdova, que enlaza sin interrupciones la pintura tradicional y las experimentaciones de los 80 y 90 que dieron paso a la pintura del nuevo siglo, en un proyecto de vida autosostenido con orden y disciplina hacia una ética del arte. Expresa lo que siente y piensa en el arte, como camino hacia la formación de uno mismo, antes que el conocimiento de la propia persona.

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Entonces cada uno se expresa según su modo de ver el mundo. Sí, como todo artista ante la realidad. Si se encarga a seis pintores el retrato de un determinado personaje, la diferencia entre cada uno no solo será la de la técnica, sino la de la elección del curso de la línea para darle forma, y del color para darle emoción, atmósfera o interpretación al objeto artístico, que en los seis casos será reconocido el retratado, pero también diferenciado por el temperamento, la cultura y la intención del autor que será el sello de su personalidad artística.

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