Heredero directo de una línea de artistas, Teodoro Nuñez aborda en esta entrevista lo que significa. Aun siendo hijo y nieto de artistas, el tener su propia voz creativa y la libertad de expresarlo.
El arte está en tu familia ¿influyó el hecho que tu abuelo y tu papá hayan sido artistas? Si, y mucho. Desde pequeño viví rodeado de artistas y colores, de ellos aprendí técnicas, historia, y sobre todo la disciplina y constancia en el trabajo artístico. Con el paso del tiempo entendí que el arte es la libertad del conocimiento creativo.
¿Cómo descubres tu vocación? Desde pequeño supe que quería ser artista, así que empecé a trabajar mucho en el academicismo de la pintura y luego de un tiempo encontré mi propio lenguaje expresivo el cual varía constantemente porque tengo mucho que decir en los lienzos. Creo que nací con un pincel en la mano y estoy seguro que moriré sentado en un caballete pintando.
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¿Cómo fue para ti la pandemia? Un proceso de encontrarme, de angustia y esperanza y sobre todo de mucho trabajo. Ha sido el periodo más productivo que he tenido en mi vida y también el más angustiante. Pero como todo, siempre enseña algo más de uno mismo. No se si me ha hecho mejor persona, pero si estoy seguro que me ha hecho mucho más disciplinado en mi arte, es por eso que la libertad creativa que ahora tengo es más sólida y consecuente con las emociones y sentimientos de un encierro que nos quitó la sonrisa, la vida; pero jamás pudo con el color y el pincel, con los libros y la música, con el amor de la familia y con la esperanza de que algún día seamos mejores todos como humanos.
A propósito de tu última muestra, ¿hacerla con otros artistas qué ventajas tiene? Exponer con dos hermanos del color, como son Juan Manuel Polar y Óscar Sullón, tan distintos en nuestros lenguajes artísticos, pero tan unidos en el respeto a nuestra profesión, ha hecho que encontremos la forma de dar un mensaje en la diversidad de los tres. Una experiencia maravillosa, a la cuál los invitamos a conocer en la galería Vinatea Reinoso de la Municipalidad de Arequipa que queda en la Plaza de Armas, la muestra va de hasta el 17 de junio 8 a.m. a 3 p.m.
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En general, ¿cuál es la fuente de tu inspiración? Siempre he amado y respetado el arte precolombino. Esta muestra es una reinterpretación de textiles llevados a los lienzos en un idioma contemporáneo. El Perú siempre será mi inspiración, mi realidad y mi compromiso de convertirlo en un lugar con un poco más de color así todo “pinte más gris” en nuestro país.
¿Algún próximo proyecto? El mes de agosto una exposición sobre Arequipa, en setiembre una presentación de arte utilitario y a fines de año retomar los relieves escultóricos que tanto me gusta hacer.