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El arequipeño Víctor Mario Rafael Andrés Belaúnde Diez-Canseco fue un jurista, diplomático, político, escritor, docente universitario, pero sobre todo, un amante de la peruanidad y un gran defensor del territorio nacional.
El director de la biblioteca Víctor Andrés Belaunde de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), Enrique Briceño, resaltó las publicaciones del patricio y en las que intentó interpretar el significado de la peruanidad, resumiendo en el sentimiento de identidad vinculado a los pueblos y los habitantes, cimentado en el afecto hacia sus tradiciones, en el conjunto de caracteres que hacen del Perú una nación.
Para el escritor, la peruanidad era una síntesis viviente de razas y cultura, pero con una proyección al futuro del país. En la segunda edición de su texto Peruanidad, escribió sobre el concepto de nación y patria, el legado del Imperio, la Amazonía y la peruanidad, las causas y significado de la Independencia, entre otros.
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En su teoría sostiene que el Perú es mestizo, una mezcla de lo andino y lo hispano. Pero también indicaba que el Perú era el reflejo de todos nuestros aportes. En su búsqueda de encontrar la respuesta del significado de la peruanidad escribe muchos ensayos, incluso como una respuesta a los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, de José Carlos Mariátegui, aunque nunca con la intención de atacarlo, por el contrario, lo admiraba. Para Briceño, Belaúnde y su amigo José Luis Bustamante y Rivero, eran personajes íntegros, ejemplo de peruanos, dignos de imitarlos hoy en día.
Defensor del suelo patrio
El arequipeño nacido el15 de diciembre de 1883, también es recordado como uno de los ciudadanos que apreció tanto al territorio nacional que el Gobierno no pudo equivocarse al incluirlo en los equipos para la solución de conflictos limítrofes.
“Jorge Basadre dice que Belaúnde es uno de los ardorosos defensores del territorio nacional y por ello participó en la solución de problemas limítrofes con Bolivia, y en la solución digna con Colombia”, resaltó Briceño.
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En 1903 fue nombrado secretario del archivo de Límites del Ministerio de Relaciones Exteriores y de 1905 a 1906, fue secretario de la misión en Argentina para defender al Perú en el litigio de límites con Bolivia, luego que el presidente de Argentina, José Figueroa Alcorta, era el árbitro del diferendo.
Para sustentar la defensa buscó todos los mapas existentes del país, recorrió todo el sur del Perú e incluso se trasladó a España para encontrar documentos y cartografías que respalden su defensa y armó un compendio de 18 volúmenes para presentarse en la audiencia.
El fallo del árbitro no convenció a ninguno de los dos países y para evitar la guerra optaron por un acuerdo mutuo y en 1909 se firmó el tratado en que reconocían sus soberanías. También fue convocado en 1934 para integrar la delegación para negociar en Río de Janeiro la solución del conflicto con Colombia y en 1938 para las negociaciones de límites con Ecuador ante el Gobierno de Estados Unidos.
Exilio en París
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Luego de ocupar altos cargos como ministro plenitenciario en Uruguay y tras el golpe de estado de Augusto Leguía, fue uno de sus opositores. Es que Belaúnde rechazaba los extremos, la dictadura, el pensamiento totalitarista y tras una persecución política se exilió por 10 años en París, donde formó su familia.
Con la caída del Gobierno de Leguía retornó al país y representó a Arequipa como diputado en el Congreso Constituyente de 1931 por el partido Descentralista y su mayor aporte fue la Constitución de 1933.
Posteriormente desempeñó cargos como ministro plenitenciario en Colombia, Suiza, embajador especial en las Naciones Unidas, incluso presidió la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959.
