Acciones de protesta se registraron en diversos puntos de Chimbote y Nuevo Chimbote como parte del paro de 48 horas que vienen acatando chóferes de empresas de colectivos. Los transportistas intentaron bloquear las avenidas José Pardo y Enrique Meiggs, a la altura del puente Lacramarca, lo que restringió el tránsito vehicular por momentos y generó que los pobladores tengan que caminar para llegar a sus destinos. En tanto, algunos mercados optaron por cerrar sus puertas por temor a saqueos.
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Reclamo
La mañana de ayer, los transportistas realizaron acciones de protesta en zonas como la urbanización Nicolás Garatea y la carretera Panamericana Norte, frente a la urbanización Laderas del Norte.
No obstante, un número mayor de manifestantes llegó hasta la zona de ingreso al distrito de Nuevo Chimbote e intentó bloquear las dos vías de acceso.
Personal policial logró despejar con mayor rapidez la avenida Enrique Meiggs; no obstante, hubo más dificultades para liberar la avenida José Pardo, donde los transportistas quemaron llantas y obligaban a los colectiveros que estaban trabajando a detenerse y hacer bajar a sus pasajeros. Los manifestantes incluso no permitían el desplazamiento de microbuses.
Esta situación ocasionó que decenas de personas deban caminar para llegar a sus destinos.
Los transportistas pidieron al Ejecutivo adoptar medidas para que reduzca el precio de los combustibles.
“Todo está caro ahora, no solo el combustible. Antes pagábamos como máximo S/ 1.70 por el GLP, ahora el precio ha llegado hasta S/ 2.70″, expresó el chofer de la empresa “2″, Ricky Portalatino.
Respecto al visto bueno para llevar cuatro pasajeros en un auto colectivo, los transportistas consideraron que el precio de los pasajes (el cual se incrementó en pandemia debido a la limitación de tres pasajeros) solo podría bajar si el combustible disminuye su valor.
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Preocupación
Diversos mercados optaron ayer por cerrar sus puertas ante el temor de saqueos. Representantes de la Fiscalía, la Policía, la Subprefectura y la Defensoría de Pueblo recorrieron diversos centros de abasto como Los Cedros, Buenos Aires, El Progreso, entre otros, para verificar la ocurrencia de hechos delictivos; no obstante, los comerciantes indicaron que solo hubo falsas alarmas.