Tras una reunión entre pobladores yaulinos y el Gobierno Regional de Huancavelica (GRH), la cual no llegó a ningún acuerdo, la protesta continuó en su segundo día de bloque de vías, quema de llantas y desmanes por parte de la población que está airada por la obra vial que une Huancavelica, Yauli y Paucará, que se encuentra paralizada.
Y si bien la población tiene el derecho a realizar sus manifestaciones, se tiene que tener en cuenta que los derechos de uno acaban cuando inician los derechos de otro, y es así que esta protesta de los yaulinos no solo afecta al tránsito vehicular, sino que también está afectando a la salud de las personas, a razón que el bloque de vía impidió el paso de la ambulancia que trasladaba un paciente que estaba siendo referido de emergencia.
Ante todo esto, el coronel Eloy Lara Bendezú, jefe de la Región Policial de Huancavelica, ordenó a los efectivos policiales despejar las vías que estaban obstaculizadas con piedras, llantas quemadas y árboles.
SEGUNDO DÍA DE PROTESTA
El reaccionar de la población yaulina es debido a la paralización de la obra vial antes mencionada, la cual era ejecutada por la empresa China Railway Tunnel Group (CRTG).
La suspensión de las labores fue por que el GRH anuló el contrato que tenía con la empresa debido a que, entre los documentos que presentó la contratista, había un certificado presuntamente falso, y que habrían otros más.
Siendo la tercera vez que los yaulinos vienen a reclamar al GRH, en esta ocasión, la entidad regional y la población no lograron concertar una solución, por lo que ayer continuó la protesta, la cual no solo afecta al sector transporte, sino que ahora también está afectando al sector salud.
A través de un comunicado, la Dirección Regional de Salud (DIRESA) Huancavelica informó que pasada las 21:40 horas, una gestante, considerada prioridad I porque estaba en riesgo la vida de la madre, tuvo que esperar en la carretera para hacer un transbordo de una ambulancia a otra porque la vía impedía el paso de la ambulancia en la que iba.
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Tapados con chalinas y/o mascarillas, varios manifestantes no dejaban que les tomaran fotos, y se ponían agresivos.