El trabajo comunal todavía se practica en las comunidades andinas del Perú profundo, donde la población participa de forma activa. Pues, la alimentación depende de lo que produce la tierra.
En el distrito de Pazos, región Huancavelica, se practica en marzo una antigua tradición: el “Chakmay faena”, que consiste en voltear la tierra fértil para la próxima siembra de septiembre y octubre.
Así es el trabajo del hombre andino, cuya actividad agrícola la realiza de forma planificada.
Nada es improvisado para el hombre del campo. Esta tradición se inicia muy temprano, cuando todos los pobladores comienzan a reunirse en la plaza principal, vienen de diferentes barrios de Pazos.
Ellos llegan provistos de herramientas y acompañados de un músico que entona los harawis más alegres.
Luego, en grupo, se trasladan al paraje “Quillihuatana” ubicado a 4 kilómetros del poblado. Aquí comienza el “Chakmay”.
Primero, inicien el trabajo las autoridades, quienes dan el ejemplo y después hacen un concurso entre los diferentes barrios, para finalizar con el trabajo comunal con participación de jóvenes, niños, menores y toda la población.
Los utilizan el ‘Shuki Taklla’ para remover bloques de tierra y las mujeres, provistas de picos, ayudan a voltear los terrones.
Este trabajo es en conjunto. Para el hombre andino, más que una labor, es deporte, porque disfruta de esta tarea estacionaria.
En todo trabajo no falta la música alegre, así como la coca, chicha de jora y el agridulce cañazo. Luego de la jornada comunal, todo el pueblo saborea un delicioso almuerzo con platos típicos preparados las por las comuneras.
Este tradicional “Chakmay faena”, está organizado por la junta directiva de la comunidad campesina de Pazos, cuya presidenta es Katia Julissa Rodríguez Herrera.