Este mágico lugar se encuentra en la comunidad de Chahuarma, situada a más de 20 kilómetros de la ciudad de Lircay en la región Huancavelica. El camino que se recorre para llegar a Condorpaccha está rodeado de cañones profundos, montañas imponentes, pueblos hospitalarios y el río Jatunmayo que tiene un recorrido de encanto. Antes de llegar a esta maravilla, el paso obligatorio es Chahuarma, una de las comunidades más antiguas; un pueblo hermoso que se ubica a la orilla del río Jatunmayo.

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Como todo pueblo andino, la mayoría de sus viviendas son de tapia y con techos de calamina. Sus pobladores se dedican a la agricultura y a la ganadería. Además, en este pueblo se observa la unión de dos ríos mostrando un espectáculo impresionante de la madre naturaleza.

Cuando llegamos a las faldas de la catarata se escucha el chasquido del agua que se oye a lo lejos y que te atrae como un imán. Antes de llegar a este lugar, se tiene que cruzar un puente y caminar por el paraje Condorpaccha Pampa. En esta llanura, crecen las plantas nativas como el ichu.

Llegar hasta la caída de agua es complicado, ya que está rodeada de piedras y un camino accidentado y resbaloso. Sin embargo, vale la pena conocerla pese a los obstáculos. Pues, podrás contemplar un magnífico espectáculo: una nube frondosa y húmeda que se levanta con el viento, y sentir que te moja con mucha suavidad.

Hay numerosas historias que se cuentan de esta catarata. Sobre todo de los parajes aledaños se tienen leyendas que se trasmiten de generación en generación. Y cada persona lo cuenta de acuerdo a sus propias experiencias.

Uno de los pobladores que vive cerca a la catarata nos narra que este misterioso lugar se abre en las noches de luna llena y en su interior alberga tesoros escondidos. Por ello, los lugareños lo visitan para rendirle culto y pedir su bendición.

Las historias que cuentan los comuneros hacen que este paraje se envuelva en un misterio; pues, quizás, en las noches gélidas cobre vida. Pero en nuestra visita la contemplamos tranquila y hermosa.

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Tiene una caída de agua de más de 50 m de altura. Contemplar esta obra de la naturaleza no tiene comparación; pues te llena de mucha energía. Es sabido que en los andes, este tipo de parajes es considerado como un lugar sagrado, a donde vienen muchas personas de diferentes zonas para rendirle culto.

Estamos seguros que esta catarata, con el tiempo y con la implementación necesaria, se convierta en una zona ecoturística saludable para recibir a los aventureros. Pues zonas como este, se esconden en muchos pueblos que necesitan ser promocionados y que las autoridades trabajen con proyectos viables.


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