“¡Laila Khalessy! ¡presente! ¡justicia para Khalessy!”, en medio de esos gritos, fueron enterrados los restos de la pequeña Laila Khalessy Llacua Rutti cuya vida se apagó la semana pasada. Cerca del mediodía de ayer, el cuerpo de la pequeña, que se encontraba dentro de un féretro blanco, fue trasladado desde el terreno baldío donde era velada hacia la capilla de Ocopilla, lugar donde llegaron cientos de personas, entre amigos de la familia, compañeros del jardín donde estudiaba la pequeña y huancaínos que se sumaron a los gritos de justicia.
“Le encantaba que le digan princesa, reinita. Lo que yo rescato, es que era una niña que le encantaba jugar y bailar. Es un angelito que no merecía acabar así. ¡Exijo justicia para Khalessy!”, dijo la abuela materna.
Los restos de la pequeña fueron llevados primero hacia el jardín donde estudió su primer año de ciclo escolar, fue despedida por sus compañeritos y maestros, luego a la vivienda donde creció u jugaba con sus muñecas.
Tras estos recorridos, fue trasladada hacia el cementerio Los Ángeles, ubicado en la zona alta del barrio Ocopilla. Todo el recorrido fue acompañado por los incesantes gritos de justicia.
Diligencias. La mañana de ayer, agentes de la comisaría de Izcuchaca, en Huancavelica, continuaron con las diligencias, del hallazgo sin vida a la menor. Esto se dio en presencia del padre de la pequeña, el Ministerio Público, y peritos de la Policía Nacional del Perú (PNP) de Huancavelica.
Posteriormente el general PNP Miguel Carranza Coronel, jefe de la Región Policial Huancavelica, informó que desde la denuncia por desaparición que presentó la madre de la pequeña, los agentes doblegaron esfuerzos para su búsqueda, hasta que dieron con ella dentro del buzón de desagüe. Las investigaciones continúan.