En el primer semestre de 2024, la economía peruana mostró un crecimiento moderado del 2.5%, impulsada principalmente por un repunte en los sectores de pesca y agricultura, gracias a condiciones climáticas favorables. No obstante, este crecimiento ha sido desigual, reflejando disparidades regionales y sectoriales que evidencian la vulnerabilidad de algunas áreas económicas.
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El Instituto Peruano de Economía (IPE) destaca que mientras el crecimiento fue notable en la mayoría de las regiones, con 16 de 24 reportando aumentos en sus economías, Junín se enfrentó a una contracción preocupante del -3.7%. Este retroceso se debe en gran parte a la caída en la producción de cobre, exacerbada por el mantenimiento programado en la mina Toromocho, uno de los principales productores de cobre en la región.
Manuel Torres, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) de Junín, atribuye la contracción económica de la región a la baja significativa en las exportaciones de cobre y otros minerales, lo que ha afectado a varios sectores relacionados.
La minería, que constituye una parte esencial de la economía regional, ha tenido un impacto negativo en otras industrias vinculadas, mientras que los productos agroindustriales, como el kion y la cúrcuma, también han visto una reducción en sus exportaciones.
Torres enfatiza la necesidad urgente de diversificar la economía regional para mitigar el impacto de la volatilidad en los sectores minero y agroindustrial. “Junín es principalmente minero, y la caída en las exportaciones de cobre ha afectado gravemente la economía local. Es crucial fortalecer otros rubros productivos para asegurar un crecimiento económico más estable y positivo en el futuro”, sostiene Torres.