Junín cuenta con treinta casonas históricas, (llamadas también arquitectura civil doméstica), según cifras de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Junín (DDC); un legado arquitectónico en riesgo de derrumbe y modificado sin cumplir parámetros normativos. El sector enfrenta desafíos relacionados con presupuesto para su mantenimiento, la falta de atención por parte de las autoridades locales y nacionales y el inevitable paso del tiempo. Aunque hay opiniones divididas, los defensores de estas estructuras argumentan que preservarlas es crucial para proteger el patrimonio de la ciudad. Se trata del exlocal de la UNCP, la casona Calixto y el hotel Palermo, hoy conocido como Café Colonial, todos en el centro de Huancayo.

La casona Calixto

En una calle asociada con la prostitución, la venta de animales y de libros piratas, la casona Calixto representa un contraste por su distinguido pasado: fue la sede judicial de la ciudad. Según señala Martín Arauzo, historiador y especialista en patrimonio de la DDC, esta casona perteneció al ecuatoriano Cornelio Calixto, una figura prominente en Huancayo alrededor del año 1920. Calixto desempeñó un papel significativo en la vida social y económica de Huancayo y su legado sigue presente en este espacio.

Por su parte, Armando Chipana, arquitecto y antropólogo huancaíno, explica: “Inicialmente, la casa tenía dos patios y fue construida a principios del siglo XX con un estilo neoclásico, evidente en sus elementos decorativos. También albergó a la Corte Superior de Justicia de Junín”.

La Corte operó en este edificio hasta los años 90, cuando tuvo que ser desalojado debido a su deterioro. Posteriormente, la propiedad fue vendida a la familia de un excandidato al Gobierno Regional de Junín –quien es dueño de otro inmueble declarado patrimonio--, la misma que realizó modificaciones significativas en el interior como la demolición parcial del edificio y la separación de los dos patios interiores para establecer una pollería y luego un campo deportivo.

Actualmente, la casona se encuentra en un estado deplorable, con paredes despintadas y balcones cerrados. Después de las modificaciones realizadas por sus propietarios, se ha convertido en un lugar donde funcionan pollerías y zapaterías. El deterioro y la falta de un mantenimiento adecuado ha suscitado quejas de los comerciantes.

“Esta instalación hace muy difícil mi trabajo, porque, aparte de que nosotros pagamos el agua y tenemos que cubrir los gastos de los cableados antiguos que no sirven, llega a ser un desperdicio de dinero”, menciona una de las trabajadoras del lugar quien prefirió no dar su nombre por temor a represalias.

El hotel Internacional

En el corazón de la Ciudad Incontrastable, el Hotel Palermo se erige como uno de los pocos vestigios culturales que los huancaínos tienen en medio de la creciente selva de cemento. Se trata del primer hotel de Huancayo construido a inicios del siglo XIX por su propietario de nacionalidad suiza, Adolfo Kaser. El 3 de enero de 1813 se instaló una placa en la fachada frontal del edificio para conmemorar la Jura de la Constitución Liberal de Cádiz, realizada el 1 de enero de ese mismo año. Posteriormente, este establecimiento pasó a llamarse Hotel Tivoli-Palermo. Hoy, su apariencia ha sufrido cambios significativos que no se podrán reparar.

“La última remodelación que se hizo al hotel fue una intervención invasiva que ha desfigurado la naturaleza de los espacios internos de esta casona. Los corredores y el patio central fueron reemplazados por el restaurante Café Colonial”, señala Chipana.

“La conservación de las casonas en Huancayo no es solo un deber con nuestro pasado, sino una responsabilidad crucial para mantener viva la memoria cultural y arquitectónica de la ciudad y reflejar la identidad y la historia de nuestras comunidades”, afirma Taciano Ramírez Valerio, historiador y especialista en patrimonio cultural. Este inmueble es uno de los pocos vestigios que aún resiste ante la modernidad en la capital de la provincia.

La casona de la UNCP

En la Calle Real, la vía principal de acceso a la Incontrastable, se encuentra la casona de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). Su construcción data a 1924, cuando Alfredo Alonso y Seserga, gobernador de Huancayo, estableció allí su vivienda, el lugar es conocido como “la bajada de El Tambo”. Años después, 1960, con la creación de la Universidad Comunal del Centro, esta infraestructura fue usada como sede de la facultad de Economía y Finanzas. En la actualidad, según los informes de la DDC, el ambiente ha sufrido la demolición de la escalera original y sus puertas han sido reemplazadas por otras de madera desgastada. En el exterior, la pintura celeste se descascara y los techos están debilitados.

El deterioro de este tipo de patrimonio ha reflejado un dilema entre especialistas sobre la necesidad de su conservación y el avance hacia la modernidad representada por construcciones nuevas. Por un lado, el antropólogo Carlos Mendoza afirma que el pasado ya no tiene reparo: “Es una pérdida de identidad definitivamente, pero también las sociedades no están amarradas a tener permanentemente una historia, se modifican”, comenta. “Lo digo con cierto lamento, es un poco dejar la historia, la tradición, dejar que pase por resumir las cosas nuevas”, agrega.

En contraparte, Tasiano Ramírez habla de los viejos tiempos y conserva la esperanza de mantener un Huancayo con identidad. “Alemania ha tenido guerras. Yo he estado ahí. Su centro sigue bien presentable con sus monumentos. La cultura y la identidad deben persistir”, explica. “Las casonas de Huancayo, como la Casona Calixto, el exlocal de la UNCP y el Hotel Palermo no solo representan hitos arquitectónicos, sino también son custodios de la memoria histórica y cultural de la ciudad”, señala, por su parte, Albin Inocente, antropólogo investigador de estas casonas.

La Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, establecida en el año 2004 y la Ley Nº 27580 disponen medidas de protección para el patrimonio que entes como la DDC o la Municipalidad Provincial de Huancayo deben hacer cumplir, pero la realidad muestra otra cosa.

(Reportaje elaborado por los estudiantes Anjheli Cotarate Gutiérrez, Alex Espinoza Tiza, Arlett Ledesma Huaroc y Jeramy Navarro La Madrid como parte del curso de Taller de técnicas de redacción de la carretera de CTC de la Universidad Continental)

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