Importante: dejar la universidad cuesta un ojo de la cara
Importante: dejar la universidad cuesta un ojo de la cara

La alegría de los padres al saber que sus hijos ingresaron a la universidad se esfuma cuando ellos abandonan las aulas universitarias.

Además de la tristeza, los padres de familia pierden $100 millones cada año, según un estudio que realizó Insan Consultores.

El estudio indica que cada año la deserción universitaria en Perú alcanza el 30% del total de ingresantes, por la falta de una buena orientación vocacional a los jóvenes y razones de carácter económico.

En el 2017, más de 300 mil jóvenes ingresarán a las diferentes universidades, de los cuales, entre 40 y 50 mil abandonarán sus estudios universitarios cada año, refirió Justo Zaragoza, director de Expouniversidad 2017.

PRIVADAS LIDERAN. Explicó que el 70% de los que dejaron sus estudios pertenece a universidades privadas y el 30% restante a estatales. “En términos económicos, tal decisión representa para los padres de familia una pérdida de al menos $100 millones”, indicó. Señala el estudio que los principales factores que explican la deserción universitaria están vinculados a los intereses vocacionales, rendimiento académico, solvencia económica y las características propias de las instituciones educativas. “De ahí la importancia de una eficaz orientación vocacional”, comentó.

POCOS. En Huancayo, la Universidad Nacional del Centro es la que concentra a la mayor cantidad de estudiantes. Tiene 11 mil en 39 carreras universitarias y 4 mil es post grado, informó la vicerrectora académica, Layli Maraví Baldeón tras precisar que en el año 2016 solo 102 alumnos dejaron de matricularse y aunque son pocos, les preocupan. “El principal problema de la deserción universitaria es el factor económico, muchos trabajan y se autosostienen y a veces tienen bajas notas son observados y no vuelven, el abandono es poco pero esa cifra igual nos preocupa, por eso hay un programa de tutoría para ver estos problemas” acotó indicando que cada alumno significa una inversión para El Estado, la cual se pierde por la falta de continuidad.

Asimismo mencionó que los padres de familia se ven afectados, ya que ellos hacen un esfuerzo para que sus hijos puedan desempeñarse en el futuro.

Yulisa Méndez Pérez, estudiante de ingeniería química comentó que muchos de sus compañeros renunciaron, porque se dedicaban a la vida social y se jalaron los cursos y luego ya no quisieron continuar. “Yo pienso que los universitarios requieren el apoyo para lograr aprobar los cursos, pero también si quieren ser profesionales tienen que esforzarse”, concluyó la joven.