Cada 1 de noviembre miles de familias se preparan para celebrar, conmemorar y recordar a sus santos, esos seres queridos que ya no están con nosotros y ahora forman parte de los seres a los que nos encomendamos en el día a día. Las tradiciones son diversas pero talvez la más replicada es la tradicional mesa de ofrendas que se da a nuestros seres queridos en el más allá y como la tradición lo explica es una forma de bienvenida a nuestras almas que una vez al año regresan para estar entre nosotros. Esta es una suerte de banquete para las almas de los muertos.

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Según el guía espiritual Hugo Balvin Requena del centro cultural “Kontikiwasi”, esta mesa tradicionalmente está compuesta de los platos y alimentos que más disfrutaban nuestros difuntos en vida. Además de la presencia de los principales elementos de la naturaleza, como la tierra (panes, comida) fuego (velas), viento (en el sahumerio) y agua (en las bebidas).

Está mesa puede ir acompañada de una tradicional oración o una cotidiana conversación y hasta una canción que disfrutaba nuestro ser querido para hacerle sentir nuestro amor.

Está es una tradición andina que guarda respeto por nuestros antepasados y una de las expresiones de amor más ferviente por esas personas que ya no están en este mundo pero nos acompañan por lo que es importante no olvidarlos. En este 1 de noviembre las familias esperarán por el regreso de la presencia de esos seres que amamos y amaremos a pesar de su ausencia física .