En el marco del tercer aniversario de promulgada la Ley Nacional del Cáncer, el Semáforo Oncológico (integrado por asociaciones de pacientes) desarrolló la encuesta nacional denominada #ElCáncerNoEspera2024, los encuestados fueron pacientes y familiares cuidadores. Los resultados mostraron que el 64% de pacientes oncológicos, a nivel nacional, en algún momento suspendieron o postergaron su tratamiento.

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De manera detallada, los resultados fueron: 55% fue por dificultades para conseguir una cita, mientras que el 25% lo hizo por falta de medicamentos.

Por otro lado, el 61% de pacientes diagnosticados nunca asistieron a un chequeo preventivo, el 38 % de pacientes suele gastar más de mil soles para atenderse, el 31% señaló que esperó de 3 a 5 meses para confirmar su diagnóstico y un 22% esperó la misma cantidad de tiempo para iniciar su tratamiento.

“Buscamos que se descentralice, si en Lima hay un tratamiento, debe ser lo mismo en cualquier parte del país. Nos preocupa que a las regiones no llega las atenciones que hay en Lima”, expresó Susana Wong, vocera del Semáforo Oncológico y directora de Lazo Rosado Perú.

Etapa avanzada

Según cifras del Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas (IREN), de manera mensual registra un aproximado de 250 pacientes preventorios. En entrevista con Correo, el jefe de la oficina de Inteligencia Sanitaria del IREN Centro, Luis Tello, mencionó que el  problema principal en la región de Junín es el diagnóstico tardío. “Muchas veces hay miedo de escuchar el diagnóstico y los pacientes, en un 80%, llegan en estadío III y IV, que ya son muy avanzados”, dijo.

El director general del IREN Centro, Alexander Chávez, aseguró que el IREN Centro actualmente se encuentra en un 98.36% de abastecimiento en cuanto a medicamentos.

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Discriminación

A las dificultades que vive el paciente oncológico se suma también la triste discriminación que aún hay en un pequeño porcentaje de la población. Los pacientes tienen dificultades para conseguir un trabajo formal, tal es el caso de Marisol Gala, quien postuló a un puesto laboral en una empresa de condimentos.

“En la entrevista me dijeron que ahí necesitan personal con las dos manos, cuando vieron que me amputaron como parte del tratamiento”, contó.