La ministra Ana María Romero-Lozada está segura de que la muerte de la niña Guisell Maryori, violada y asesinada, no quedará impune. Y ello significa una pena ejemplar para el asesino. En esta entrevista habla sobre el caso, analiza el tema de la violencia contra la mujer, niños, niñas y adolescentes. Y se pronuncia sobre la coyuntura política nacional.
Casos como la violación y asesinato de la niña Guisell Maryori hacen revivir en la población el pedido de pena de muerte. ¿Cree que el tema debe ser tocado en el Congreso?
Yo me solidarizo en primer lugar con el sentimiento de la familia de Maryori, con el de toda la población de Huancayo. Hay suficientes normas, leyes como para castigar a todos estos delincuentes. Y quiero aprovechar este espacio para llamar a la reflexión, llamar a los padres. No podemos dejar desatendidas a nuestras niñas y lo digo porque tengo frente a mí cifras. Junín, lamentablemente, es la segunda región después de Lima donde se registra el mayor número de violaciones contra los niños, las niñas y adolescentes. (...) Hace unos días leí que en 5 meses habían 152 niñas víctimas de abuso sexual en Junín. Eso fue hasta mayo, pero a junio no son 152 son 204.
Se ha aprobado el decreto legislativo 938 para quitarle los beneficios a este tipo de delincuentes. Desde el ministerio de la Mujer ¿cómo se está trabajando para prevenir ello?
Justamente creo que mañana (hoy) vence el plazo para la publicación de este proyecto legislativo 938. Nosotros naturalmente hemos dado una opinión favorable, está siguiendo el trámite. Pero lo que señalas es absolutamente cierto, qué estamos haciendo para la prevención. Nosotros desde el Estado además de hacer la invocación que acabo de hacer estamos realizando campañas contra el maltrato infantil. Hace poco concluimos una etapa de una campaña “Sin herir ni humillar es hora cambiar”. Hay una creencia equivocada que a los niños se les educa pegando. Eso debemos desterrarlo porque el golpe no ayuda, no contribuye en nada.
En el caso de Maryori, la Policía no actuó con inmediatez ante la desaparición de la niña. ¿Qué decir frente a ello?
No cesamos en hacer llamados a todos los que tienen que hacer dentro del sistema de justicia. Creemos firmemente que la justicia que tarda no es justicia. Y por ello también trabajamos de la mano con la Policía Nacional en materia de atención a víctimas de violencia. Por ello tenemos instalado centros de emergencia mujer donde, obviamente, se atiende a niños y niñas. Centros de emergencia en comisarías. En Huancayo tenemos una y próximamente vamos a instalar una también en Mazamari.
La población de Huancayo aun está conmocionada por el asesinato. ¿Qué decirles?
Tengo previsto viajar a Huancayo entre otras cosas para inaugurar formalmente en la comisaría de Huancayo. Pero también para hacer un llamado como el que acabo de compartir, un llamado a los padres de familia. Y bueno respecto a esta niña comparto el dolor, no es únicamente la conmoción de Huancayo, es la conmoción del Perú. Todo el país está consternado con lo que ha sucedido y no estaremos tranquilos hasta que se haga justicia. No quedará impune la muerte de Maryori.
Por otro lado, en el caso de la prisión preventiva de Ollanta Humala algunos piensan que ni siquiera se debió mencionar a sus hijas. ¿Qué piensa usted?
Nosotros nos pronunciamos cuando supimos. Y no solo en este caso. A los niños los tenemos que proteger. Y cuándo ocurrió el caso que mencionas nosotros nos pronunciamos porque observábamos que emocionalmente los niños iban a quedar afectados si es que autoridades de cualquier nivel invaden el espacio escolar, el espacio familiar o un espacio de recreo. Nadie tiene autoridad para invadir el espacio de un niño o niña.
¿Cree que la ex primera dama deba tener un trato especial en el penal al que fue trasladada?
Ella está, como lo has dicho, en un penal. Hay disposiciones que yo no puedo, mucho menos como ministra, intervenir. No sé qué cantidad de reclusas hay en ese penal, lo que siempre tenemos que proteger es los derechos que tengan vigentes. Porque de todas maneras al ser recluida en un penal pierden el derecho a la libertad que es uno de los más preciados. Pero hay otros derechos que no los pueden perder y con tal de que sean respetados está bien.