La crueldad del hampa no mide limites, ni consecuencias. Ayer, en la madrugada sujetos que están en proceso de identificación dejaron una granada de guerra sujeta en la puerta de la vivienda de la familia Muchaypiña, ubicada en el asentamiento humano Virgen de Fátima, en Chincha Alta. En el interior una niña y su abuelo descansaban sin imaginar de la amenaza latente que había en el ingreso a esta precaria propiedad. Cuadras antes los desalmados arrojaron otro explosivo.
De acuerdo con la información policial la madre de la menor retornaba de su trabajo y al encontrarse en la vivienda de la Mz C. Lote 33 se da con la sorpresa que algo colgaba de la manija de la puerta. Eran cerca de la 1 de la madrugada y entre la poca iluminación logra descifrar que se trataba de un aparato explosivo, que estaba atado con un pasador de zapatilla. Ella, se comunicó con su padre para poner a la menor a buen recaudo.
Apoyo policial
La familia tuvo que salir con precaución para evitar detonar esta granada. Personal de serenazgo del concejo provincial que patrullaba el sector recibió la denuncia de los residentes y se solicitó apoyo de los agentes del Departamento de Investigación Criminal para el retiro del explosivo. No obstante, en la jurisdicción policial no había especialista para atender esta emergencia y se solicitó la participación de la UDEX para intervenir en el lugar.
“No he podido apreciar quien ha dejado eso allí”, señaló el propietario de la vivienda. Agregó que no ha recibido ninguna amenaza previa y que desconoce porque se ha convertido en víctima del hampa. “Vivo 30 años acá, no me meto con nadie, no tengo problemas con nadie. Me extraña esto”, dijo. Él, considera que los autores materiales de este hecho se han equivocado de predio.
El caso todavía se encuentra en proceso de investigación y según los vecinos hay cámaras cercanas que pudieron haber registrado a los sujetos que tengan participación en este atentado que por fortuna no dejó saldo irreparable. Al cierre de edición la policía continuaba con las diligencias para identificar a los responsables y los demás individuos que se esconden detrás de este acto criminal.
Pero, este no fue el único hecho bajo esta modalidad que se registró en la provincia, ya que, en la primera cuadra de la Av. América, otra familia fue blanco de los desalmados. Estos arrojaron una granada y por fortuna no hubo detonación. El móvil todavía se mantiene sin conocerse. No obstante, se sospecha que se trata de la misma organización que en simultaneo cometió estos actos cobardes y que luego se refugió en la clandestinidad.