No necesitaba mucho espacio para amagar a sus rivales. No requería gran estatura para anotar de cabeza. No dudaba ni esperaba demasiado para disparar a gol. Ese fue el sello de Hugo Sotil, la recordada leyenda del fútbol nacional y del Barcelona. Y por ese brillante talento que dejó huella, el mundo llora su partida. En las primeras horas de ayer, a sus 75 años, el querido “Cholo” falleció.
Eterno recuerdo
El legado dejado por don Hugo es un símbolo total de lo que engloba el jugador peruano: pícaro en la cancha, amoroso con su familia y fanático de los festejos. No obstante, esas celebraciones nunca fueron antes de saltar al césped, siempre después. Y con la mezcla de estos factores, con los que se sentía muy cómodo y feliz, Sotil agrandó su figura en corto tiempo, tanto a nivel nacional como internacional.
Justamente, luego de deleitar a los aficionados del Deportivo Municipal, el atacante firmó por Barcelona de España, donde se transformó en el socio ideal de otro grande: Johan Cruyff. Ahí, haciendo gala de sus impredecibles enganches, no solo fue campeón en 1974, sino que también se convirtió en un ídolo en la historia azulgrana. De hecho, es recordado hasta ahora y recibió un homenaje en el aniversario 125 del club, a finales de noviembre.
En medio de esa estadía en la ciudad condal, en la que alcanzó un rendimiento sobresaliente, el “Cholo” fue parte de uno de los hitos de la selección peruana: campeón de la Copa América 1975 (gol en la final ante Colombia). Por si fuera poco, estuvo en las destacadas actuaciones de la “Bicolor” en las Copas del Mundo de México 70 y Argentina 78 (cuartos de final y segunda ronda, respectivamente). En esa última época, el mítico delantero cumplió su sueño de hincha: jugar y ser bicampeón con su amado Alianza Lima.
Estado de salud
Ya con su retiro, a mediados de los años 80, Sotil nunca se alejó del fútbol y fundó una academia para formar a las nuevas promesas del país. Sin embargo, sí se vio obligado a distanciarse de las canchas en sus ratos libres: las lesiones que sufrió en los tobillos le dejaron secuelas y molestias constantes. Además, los problemas de salud empezaron a golpearlo con el avance de los años.
Y desde el 19 de diciembre, el “Cholo” permaneció internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Nacional Dos de Mayo, debido a una falla orgánica múltiple y shock séptico. Lamentablemente, su estado era muy grave y murió a causa de un shock circulatorio con falla renal y hepática. Tras conocerse la noticia, Barcelona, Alianza, Universitario, Municipal, FPF y más instituciones enviaron sus condolencias por la irreparable pérdida. Su imborrable huella quedará para siempre.