Un morador nasqueño llevó a su conviviente en estado de gestación al área de emergencias del hospital de Nasca, ya que contaba con manchas de sangre en su ropa interior y con mucho dolor en el vientre. Tras la negligencia médica el bebé falleció.
Denuncia
En el nosocomio derivaron a la paciente al tópico de Ginecología, donde una obstetra les indicó que no se alarmaran, ya que quizás la sangre que estaba botando la mujer era por una menstruación retenida, sin revisar el feto.
Posteriormente, en el laboratorio del mismo nosocomio, les indicaron que lo que tenía era una fuerte infección vaginal, aplicándole inyecciones para su mejoría.
Luego, le realizaron una ecografía, pero el médico ginecólogo nunca llegó a emergencia, tampoco examinaron el estado del bebé. Asimismo, una obstetra ordenó su alta y les recomendó que la mujer embarazada se mantuviera en reposo absoluto.
Retorno
Al día posterior, acudieron a una cita a las 10 de la mañana en el área de obstetricia, donde le comentaron todo lo que había pasado un día antes, la profesional ordenó se realice una ecografía. Lamentablemente, le indicaron que el feto ya no tenía latidos cardíacos y en sus conclusiones indicaba el fallecimiento del bebé.
Señalaron que le tenían que realizar el legrado, por lo que la paciente fue hospitalizada. El día siguiente continuaron con el procedimiento, por lo que la mujer se encontraba con vómitos y dolor, a lo que la obstetra ordenó una nueva ecografía, teniendo como resultado, que el feto estaba en perfectas condiciones de salud.
Al ver su grave error, los médicos la trasladaron inmediatamente a emergencia donde para enmendar su terrible negligencia e incapacidad le hicieron un lavado vaginal. Lamentablemente, el feto no logró sobrevivir tras esta presunta negligencia.