Las recargas artificiales del acuífero de Ica vienen dando buenos resultados, según indicó el gerente técnico de la Junta de Usuarios de Aguas Subterráneas (Juasvi), Alfredo Sotil Delgado.
La velocidad en el descenso de la napa freática hasta el 2013 que era de 1.5 metros por año, en la actualidad es de 1 metro, favoreciendo el uso productivo del agua subterránea que va desde el consumo humano hasta el uso comercial.
Solución al problema.
Producto de la sobre explotación del acuífero en el valle de Ica durante la década del 90, se inició con la regulación y prohibición de perforación de pozos. Además de proponer recargas artificiales a través de la construcción de pozas que serían llenadas con el agua del río Ica durante la temporada de avenidas de agua, entre los meses de noviembre hasta marzo.
Luego de 8 años de trabajo y teniendo al Gobierno Regional de Ica como uno de los principales aliados, se han ido levantando las vedas para perforar pozos en distritos como Ocucaje donde el nivel del agua ha sobrepasado la superficie y está afectando a pequeños agricultores.
“Al trabajo que hemos venido desarrollando, hay que sumar la conciencia que tomó la población, en dejar de utilizar solo aguas subterráneas y cambiar por aguas superficiales o residuales, para los giros que corresponda. Hay que indicar que las recargas naturales no cubren la necesidad que tiene la población en general”, declaró Sotil.
La recarga ha permitido infiltrar grandes cantidades de agua y recuperar el nivel del acuífero en zonas que estaban sensiblemente afectadas, ese proceso se logra gracias al uso de aguas de avenida proveniente de la las lluvias de las zonas altas.
No afecta a los agricultores
El uso de las aguas del río Ica para la recarga del acuífero no afecta en nada la entrega del recurso hídrico para el riego de los pequeños agricultores del valle de Ica, al contrario, trae beneficio.
Lo que se busca es que la cantidad de agua extraída sea la misma que se recargue y así el acuífero sea sostenible para los próximos años.
Sotil puntualizó que han culminado con el saneamiento físico legal de un terreno en el sector de Casa Blanca, distrito de Santiago, donde se podrán instalar una poza de recarga. El expediente se encuentra en el Proyecto Especial Tambo Ccaracocha (Petacc) para iniciar con los estudios de factibilidad e inversión.
Una de las problemáticas que tenía la Juasvi para realizar la recarga artificial era la falta de terrenos disponibles para construir pozas, ante ello en el distrito de San Juan Bautista se está construyendo una poza permanente, cerca al afluente iqueño y sin que afecte a ningún agricultor de los alrededores.