La vía de comunicación que une la playa El Silencio con Las Totoritas ha sido cerrada, según denuncia, por una supuesta propietaria. Los residentes inconformes con esta situación que se presenta en el litoral de Grocio Prado (Chincha), exigen la participación de las autoridades regionales y locales para recuperar este acceso de uso público y detener las acciones de violencia que se registran en esta zona que es además forestal.
Perjuicio en la zona
Ruth Mariaelena Saravia, indica tener más de 3 décadas de posesión. Ella, al igual que otros residentes han sido sorprendidos en los últimos días por la llegada de maquinarias pesadas que transportan montículos de tierra con la intención de ganar terreno sobre los humedales. Cuando estas personas han solicitado que se retire se desató hechos de agresión en perjuicio incluso de un menor de edad.
La denunciante señala que la colocación de esta tierra afecta la vía que conecta a los dos principales balnearios grociopradinos: El Silencio y Las Totoritas. Saravia dice que la población tomó conocimiento que un vecino del lugar sin consenso alguno otorgó autorización a una mujer para que tome posesión de una parte del litoral, situación que afecta el tránsito de los pescadores artesanales, mejilloneros y también a las colectoras de totora y junco.
Los residentes agregan que ellos pagan un derecho por la extracción de la fibra vegetal y, que pese a la posesión de más de 30 años, siempre se les niega la titulación por encontrarse en una zona protegida. Sin embargo, acusan que este escenario no se aplica con la nueva huésped y se permitió que se instale y comience su construcción. Ante estos hechos se exhorta la presencia de todos los actores involucrados en el cuidado de la flora y fauna, que una vez más podría estar en peligro por la mano del hombre.