Bajo la piel de mis dedos es su tercer libro de cuentos.
Bajo la piel de mis dedos es su tercer libro de cuentos.

Definitivamente, es una tierra generosa en narradores y poetas. El joven escritor Lester Rodríguez es una loable muestra de ello. A la fecha ha publicado los poemarios “Desde mi alma” (2008) y “Antes de decir adiós” (2020), y los libros de cuentos “Relatos de madrugada” (2010), “Golpes o gritos y otros silencios” (2010) y “Bajo la piel de mis dedos” (2017). También ha incursionado en la novela con “El diario de un infiel” (2018).

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Como verán, a sus 34 años, Lester es toda una revelación y una promesa en el complejo y, al mismo tiempo, esperanzador campo de la literatura. Les invito a leerlo.

BAJO LA PIEL DE MIS DEDOS es su tercer libro de cuentos. Y, a decir de Alejandro Benavides Roldán (responsable de la edición), las doce historias que conforman este libro “estremecen al lector”, pues la narrativa de Lester Rodríguez “está traspasada de fino humor negro” que seduce y arrastra al lector por “los conflictos y paradojas de la vida”.

“Vivir”, “Adiós”, “Cartas rotas”, “Una historia más”, “Un Martini más”, “Solo”, “Tierra abajo”, “De por qué morirá Isabel”, “¡Pellízcame!”, “Te quiero”, “Diario” y “I miss you” son los títulos de los cuentos que conforman este florilegio.

Son cuentos trabajados con delicadeza y minuciosidad, encubiertos bajo un lenguaje sencillo y directo. No obstante, es justamente esa sencillez lo que conecta al lector con los sucesos que terminan por conmoverlo y conmocionarlo. Se trata de historias envolventes, con finales sorpresivos y reveladores. Lester Rodríguez no pretende ofrecernos finales felices; su pretensión mayor es “darnos un golpe al seso” y “quitarnos el aliento” en cada uno de sus relatos.

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Si bien existen pequeños descuidos lingüísticos y de edición, las historias no pierden brillo e intensidad. Con honestidad diré que, más que la historia, es la forma de contar y el manejo cuidadoso de la técnica narrativa lo que las enriquece y les da un valor literario.

EL VIENTO Y EL RIESGO. Como ya lo mencioné, sus excelentes cierres (abiertos, semiabiertos o cerrados) son dignos de destacar. El autor opta por los finales sorpresivos y sorprendentes. En cada cuento, hasta el más avisado lector es sorprendido por el modo como le pilla el punto final. En ese momento recién comprende el porqué de los acontecimientos. Pero, en lugar de darse por satisfecho con este descubrimiento, el final lo sobrecoge y la perplejidad termina apoderándose de él...

Como todo buen libro de cuentos, “Bajo la piel de mis dedos” nos conduce por el camino del disfrute estético y, simultáneamente, por el de la interpelación existencial y/o por el de la reflexión más íntima.

Las vicisitudes de sus personajes nos muestran ante el gran espejo de la vida cotidiana, en toda su complejidad. En palabras de Alejandro Benavides, a través de estos cuentos el lector puede colegir que “la ironía, la paradoja y hasta el absurdo parecen signar la vida humana”.

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Es un libro para disfrutar del viento y del riesgo que nos acompañan cuando estamos al borde un abismo. Es un libro que acaricia nuestro corazón con los dedos desollados y que perturba nuestra conciencia con el silencio de la muerte, la soledad, los sueños no realizados, la desdicha, la frustración, la culpa, la inocencia del amor, la orfandad, etc.

“DE LA PIEL DE MIS DEDOS”. Como el mismo autor lo expresa en la nota preliminar del libro, estos relatos “intentan cuestionar a lector sobre ciertas circunstancias de la vida diaria”. Son historias cotidianas, pero peculiares, al mismo tiempo... Indagan en nuestro interior y nos muestran esa hondura y ese doloroso vacío que no siempre es visible a los ojos, sino solo al corazón (dixit El Principito). “Dejo en tus manos una obra arrancada de la piel de mis dedos” nos dice Lester en su “nota del autor”.

Por ello, considero que “Bajo la piel de mis dedos” es un libro de lectura ineludible. Los cuentos que lo conforman no solo revelan nuestras soledades, penurias, carencias, sino también nos invitan a pensar en aquello que habitualmente eludimos.

LO ESTÉTICO. Debo agregar y destacar el esfuerzo estético de Lester Rodríguez para con este libro. Acudiendo al talento del artista Luis Alarcón, ha incluido una simbólica ilustración como antesala de cada cuento.

Cada una de estas ilustraciones recoge el concepto esencial de la historia y, sin poder evitarlo, arrastra al lector hacia un inquietante recorrido por los inexorables estados que signan nuestras vidas, en la intimidad. Ningún lector queda incólume, luego de apreciar estas ilustraciones y de recorrer con la respiración agitada los intrincados senderos por lo que transita la vida de cada uno de los personajes.

Por estas y otras razones, BAJO LA PIEL DE MIS DEDOS es un libro que vale la pena leer.

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