La estimulación temprana ha emergido como una herramienta crucial en el desarrollo integral de los niños durante los primeros años de vida. Este conjunto de técnicas y estrategias, diseñadas con base científica, ha demostrado ser fundamental en áreas tan vitales como el lenguaje, la motricidad, la cognición y, sobre todo, el desarrollo socioemocional de los pequeños.
En palabras de Daniela Miyamoto, psicóloga del Centro de Estimulación Temprana & guardería Mágicamente, señaló que, aunque muchas personas consideran el inicio de la estimulación temprana desde el nacimiento, pues se puede brindar “desde la gestación ya que influye positivamente en el desarrollo de sus capacidades del niño(a) y fortalece los lazos afectivos entre el bebé y sus padres.
Este enfoque ha ganado popularidad no solo por su capacidad para potenciar habilidades específicas, sino también porque promueve la empatía, la socialización, autonomía, y el trabajo en equipo desde una edad temprana. Miyamoto resalta la importancia de estas habilidades para la vida:
“La empatía es una cualidad emocional que posee un componente afectivo y cognitivo que vamos reforzando mediante la socialización y aquí en nuestro centro de estimulación “Mágicamente” valoramos mucho el trabajo en equipo, el apoyar y acompañar los logros de los niños(as), el saber esperar su turno para compartir o realizar alguna actividad, así como saber escuchar y gestionar sus emociones”, dijo Miyamoto.
Uno de los beneficios más destacados de la estimulación temprana es la promoción de la autonomía del niño, que le permitirá ser independiente, manejar satisfactoriamente sus relaciones interpersonales y tener un desenvolvimiento saludable en la sociedad.
“El hábito de autonomía es que el niño aprenda a realizar actividades solos y no conlleven peligro, tareas como, por ejemplo: vestirse, comer, lavarse las manos, cepillarse los dientes, vida social, entre otros, es así que, cuando el niño cometa errores debemos enseñarle a tolerar su frustración y enseñarle que mediante el esfuerzo y los fallos se aprende mejor”, enfatizó.
Además de la socialización y la autonomía, la estimulación temprana también tiene un gran impacto en el desarrollo cognitivo de los niños.