Finalmente César Acuña se ha imbuido en la dinámica de las elecciones internas de su partido, Alianza Para el Progreso, y ha empezado a intervenir de modo evidente. Hace apenas unos días atrás, unas recientes expresiones suyas alborotaron el gallinero apepista y lo han puesto en el centro de la polémica. Se suponía que Acuña se mantendría neutral en la disputa que hay en este momento entre José Ruiz y Martín Namay –quienes aspiran a ser los candidatos de su partido a la alcaldía de Trujillo–, pero ya dio muestras de su favoritismo.
Oficialmente, como es sabido, Acuña se encuentra también como precandidato en estas elecciones internas. Acuña aspira a volver a ser gobernador regional de La Libertad, acaso un premio consuelo luego de quedar fuera el famoso sueño presidencial del país. Y fue así como hace algo más de una semana, en medio del fragor de la campaña interna, manifestó su preferencia por Martín Namay, actual alcalde del distrito de La Esperanza. Pidió el voto por él, y despertó de inmediato la reacción del otro aspirante al sillón municipal de Trujillo: el actual alcalde (por sucesión ante la vacancia del prófugo Daniel Marcelo) de la provincia capital, José Ruiz.
Ruiz dijo al iniciar la semana pasada: “Yo no soy dueño de ningún partido, soy un militante más, me someto a las reglas, a las directivas; pero sí creo en la democracia y no creo en la dedocracia, eso es lo más importante”.
No es la primera vez que Ruiz lanza críticas veladas a un Acuña dentro de este proceso interno. Hace poco se refirió al hermano del líder de APP, Óscar Acuña, quien es también dirigente del partido y mostró su preferencia hacia Namay. Le pidió “más objetividad”.
Lo que pasó después fue aún más clamoroso, pues puso al líder de APP entre los gritos de “traidor” de grupos de protestantes en el local central del partido, en Trujillo. La razón fue la tacha al precandidato a la alcaldía de El Porvenir, Jhon Rodríguez, quien iba como aliado de Ruiz. Hay un fuego interno que al parecer no se va apagar con facilidad.
En el papel, APP sigue siendo favorito en las próximas elecciones regionales y municipales en La Libertad debido a su maquinaria electoral, a que está en el poder y también al hecho de que Acuña formará parte de la campaña. Pero estas disputas y favoritismos podrían jugarle en contra, podrían trascender a las elecciones internas y quizás sembrar espinas en la campaña de verdad: la que empezará después de mayo, cuando se definan las candidaturas. Cuidado que otros partidos o movimientos esperan su momento. Y cuidado porque, si bien la historia electoral liberteña no es prolífica en grandes sorpresas (sí, en eso también somos una región conservadora), también es cierto que el desgaste del partido de Acuña se ha venido incubando estos años con justas razones. La gente ya está harta de ver espectáculos lamentables por cuotas de poder.