La recuperación económica al interior del país ha sido dispar el año pasado; no obstante, La Libertad ha liderado la reactivación regional. Según proyecciones propias, se estima que la región habría crecido 3.6% en 2021 con respecto al 2019. Este desempeño responde a la dinámica de los sectores primarios.
Por un lado, la agricultura se expandió en 3.5% hasta el tercer trimestre de 2021 respecto de sus valores pre-pandemia. Este sector resulta clave, pues emplea un poco menos de un tercio de la PEA de la región. No es casual que La Libertad sea la quinta región en el Perú con mayor inversión en riego, en donde resalta el proyecto Chavimochic. Por otro lado, el sector minero se expandió 1.6% respecto al 2019, explicado por incrementos significativos en la producción de oro y plata.
Para el año en curso se espera que La Libertad crezca 4%, por encima del crecimiento nacional. Clave en esta proyección es el impulso que las autoridades le den a la tercera etapa del proyecto Chavimochic que ampliaría la frontera agrícola en 63 mil hectáreas y habilitaría 48 mil adicionales de riego mejorado. Si bien la inversión asciende a S/ 3,149 millones, el proyecto tiene una ejecución de apenas 25.9%. Lamentablemente, las autoridades nacionales y regionales (concedente del proyecto) no han logrado destrabar el proyecto y conseguir la entrada de nuevos inversionistas que reemplacen al concesionario envuelto en litigios judiciales. Durante las últimas décadas este proyecto ha permitido la expansión de tierras disponibles para el cultivo de espárrago, caña de azúcar, entre otros, esperándose un aumento de las exportaciones agroindustriales en US$ 1200 millones con la culminación de la tercera etapa.
La minería
El impulso de la industria minera en la región es también crucial. La Libertad es la región líder en la producción de oro, aportando casi un tercio de la producción nacional a través de proyectos de la Compañía Minera Poderosa y Barrick Misquichilca. De hecho, la producción de este metal representa alrededor del 5.8% del PBI total de la región. Para los siguientes años será crucial la activación del proyecto Ampliación Santa María en etapa de construcción con una inversión de US$ 121 millones y el proyecto Las Defensas (US$ 69 millones) en etapa de exploración. En este sentido, la gestión proactiva de las demandas de la comunidad en un marco de proporcionalidad y el respeto a los instrumentos socio ambientales serán clave para evitar mayor conflictividad social que atente contra el avance de estas inversiones.
El empleo
Lograr sostener la recuperación de la actividad productiva se torna crucial para mitigar la precarización del mercado laboral liberteño. En el contexto de la crisis sanitaria, la región registró un pico de desempleo ascendente a 12.8% y la informalidad laboral alcanzó al 72% del empleo total. Con la expansión de la economía proyectada para este año, se espera que el desempleo se reduzca en torno a 7.5%. Hasta el momento, no se anticipa un impacto mayor de la tercera ola al ya estar vacunada 55% de la población objetivo con dos dosis y solo 9% de los liberteños cuentan con ninguna dosis aplicada.
En cuanto a sus indicadores sociales, La Libertad es una de las regiones que más ha avanzado en la provisión de servicios públicos, alcanzando niveles de cobertura muy similares al promedio nacional. Sin embargo, hubo un repunte de la pobreza alcanzando el 31.9% de la población en el 2020. Considerando la tasa de crecimiento proyectada y la recuperación en el empleo para el 2022, se espera que la pobreza se reduzca al 25.8% de la población este año.
En este marco, las nuevas autoridades regionales y locales que sean elegidas en los comicios de octubre tienen ante sí la gran responsabilidad de sostener la recuperación económica y social de la región. Aun cuando mucho depende de las acciones (y omisiones) del Gobierno nacional, es fundamental que las nuevas autoridades lideren los esfuerzos por consolidar una reactivación en curso que beneficie a toda la población.