César Acuña se dejó ver esta semana junto a José Ruiz, alcalde actual y uno de los dos precandidatos al sillón municipal de Trujillo. Acuña buscó de alguna forma emparejar el piso, bajar el calor de la incomodidad del sector que apoya a Ruiz. Días atrás el video del líder de APP pidiendo el voto por el otro precandidato, Martín Namay, sumado a cambios de última hora como la tacha irregular contra otro precandidato aliado de Ruiz, habían alterado los ánimos en el partido, donde se vio por primera vez calificaciones de “traidor” contra Acuña.
“A muchos de nosotros se nos ha caído el ingeniero”, dijo una alta autoridad apepista por esos días en una reunión, con una cara de decepción.
Acuña sabía que las cosas se estaban poniendo feas en la interna de su partido. Por primera vez un grupo de militantes llegó hasta el local central de APP en Trujillo para protestar y llamarlo “traidor”. Eso, a poco de una nueva elección regional y municipal, es muy peligroso, aunque dicho partido siga siendo favorito a estas alturas.
A mí la situación me recuerda a la última etapa del partido aprista en Trujillo. Me recuerda a su etapa terminal, digamos, antes de que caiga en lo que ahora es: un partido sin inscripción y que no podrá participar en estas elecciones venideras.
En la última semana César Acuña, en efecto, decidió acompañar a José Ruiz y hasta llegó a pedir el apoyo para él. Fue una manera de emparejar el piso, decíamos, una manera de decir que es neutral y de que ambos son sus “hijos políticos”. Acuña ha repetido esto cuando se ha dirigido a los precandidatos de manera interna: se ha esforzado por dejarles en claro que él se mantendrá neutral y que serán los militantes quienes finalmente elijan a su candidato.
La elección interna está cada vez más cerca y será sin duda crucial no solo para saber quiénes serán oficialmente los candidatos, sino también, en el caso de APP, para ver quiénes permanecerán leales al partido y Acuña, y quiénes saldrán a patear el tablero y romper su silencio. Me parece que el día de la elección interna habrá más de un aspaviento y más de un dolor de cabeza en el partido político que hoy gobierna la región.