El pasado 20 de junio de 2023, el apacible caserío de Poc Poc, en el distrito de Sarín, en la provincia de Sánchez Carrión, en la región La Libertad, fue remecido por un brutal crimen. Una mujer que era dirigente de la base de ronderos de ese pueblo fue asesinada salvajemente. Certeros golpes de hacha en la cabeza y una puñalada en el corazón acabaron con su vida.
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Tras las pesquisas, los detectives del Grupo de Homicidios del Departamento de Investigación Criminal (Depincri)-Huamachuco detuvieron a la expareja de la fémina, pues días antes la había amenazado de muerte y, como suele ocurrir en estos casos, nadie creyó que cumpliría con esa fatal advertencia. Ella, incluso, tenía medidas de protección dictadas por un juzgado, pero cuando fue atacada estaba sola y vulnerable.
Santana Mauricio Vereau, madre de cuatro hijos, se había convertido de esta manera en una víctima más del delito de feminicidio.
MÁS DOLOR
Lamentablemente, casos como los de Santana se han perpetrado en más de una ocasión en La Libertad.
El 24 de enero (2023) el cuerpo sin vida de una mujer fue arrojada al río Moche. El cadáver fue hallado por unos agricultores en el sector Bocana, cerca de la desembocadura del río.
Tras las primeras pesquisas se identificó a la víctima como Guadalupe Bacilio Vera, una joven docente de 27 años de edad.Sus parientes dijeron que la última vez que la vieron fue en su casa. La profesora recibió una llamada telefónica, salió y ya no regresó más.
“Estamos investigando porque la señora ha sido victimada aparentemente por su pareja. Estamos terminando de entrelazar los elementos de convicción que tenemos para armar una carpeta fiscal y pedir su detención”, informó la Policía en ese momento. No había duda, se trataba de otro caso de feminicidio.
CIFRAS DE HORROR
De acuerdo a un reporte estadístico de de este tipo de delitos atendidos por el Programa Nacional Aurora, entre enero y setiembre de 2023, la región La Libertad ocupa, junto a la región Cusco, el cuarto lugar en el ranking de feminicidios: se reportaron siete asesinatos de mujeres a manos de hombres con los que mantuvieron o mantenían en ese momento una relación conyugal o de convivencia.
En comparación con el año pasado, la situación no ha variado mucho, pues de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la región La Libertad registró siete homicidios a féminas.
Esto último pone en evidencia que los planes y acciones que se implementaron y ejecutaron para reducir esta cifra no han dado los resultados esperados.
LIBRAN DE LA MUERTE
Es más, según el mismo programa Aurora, La Libertad escala este año (2023) de posición en el ranking de las estadísticas de tentativas de feminicidios a nivel de todo el país, pues el primer lugar lo ocupa Lima con 66 denuncias y en segunda ubicación está el departamento liberteño con 6 casos.
ARTICULACIÓN
En este punto, el comisionado de la Defensoría del Pueblo en la región La Libertad, José Luis Agüero Lobatón, explicó que hay tres actores que tienen que articularse de manera óptima para poder proteger a la mujer y reducir los actos de violencia contra ella.
Como primer punto, señaló Agüero Lobatón, está la prevención. Es allí donde entra a tallar la Instancia de Concertación Provincial para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar, de las cuales se encargan las municipalidades provinciales y distritales.
Este organismo tiene como responsabilidad elaborar, implementar, monitorear y evaluar las políticas públicas encargadas de combatir la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar a nivel provincial, así como promover el cumplimiento de la ley y su reglamento.
“Sin embargo, de la supervisión que hacemos de todas estas instancias, la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), en cuyo ámbito de operaciones se ha registrado el 56% de casos de violencia contra la mujer, no ha llamado ni ha convocado a ni una sola reunión en lo que va del año. Así no se puede trabajar”, manifestó.
MÁS RESGUARDO
El segundo punto es la protección. En este caso, sí están funcionando Los Centros de Emergencia Mujer en las regiones, pues se ha contratado a más personal y se ha implementado logística.
“Lo que está fallando son las medidas de protección, pues el juzgado dicta las órdenes para darle seguridad a la víctima, como por ejemplo, que el agresor no se acerque a ella a tantos metros, pero eso no se vigila, la Policía no se da abasto. Todas las víctimas de feminicidio han tenido medidas de protección”, reveló Agüero.
Debido a la alarmante ola de violencia que golpea a la región y que ocupa en gran medida el trabajo de la Policía, la Defensoría del Pueblo señala que hay que ser más estratégicos para atender las medidas de protección para una mujer amenazada de muerte.
DEMASIADA CARGA
Como tercer punto está la sanción al agresor, pero en este caso el Poder Judicial tiene demasiada carga procesal para atender con celeridad cada una de las denuncias y procesos.
“Solo el año pasado hubo 12 mil casos de violencia contra la mujer y este año casi se llega a los 7 mil. Se demora en sancionar a los agresores”, manifestó el comisionado de la Defensoría del Pueblo.
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Lo que se puede hacer en este caso es que el Poder Judicial realice de forma más constante las denominadas “maratones judiciales”, a fin de aligerar la carga procesal.
OTROS CASOS
En junio, Ana Mayte Cruzado Briones (19) murió en su casa tras recibir un golpe contundente en la cabeza.
Su pareja le contó a la Policía que él llegó a la vivienda y la encontró tirada en el piso de su habitación. Sin embargo, tras ser interrogado, cayó en contradicciones. Ahora está preso en el penal El Milagro acusado de feminicidio.
En julio, Amy Reneida Falcón, una venezolana que vendía comida en su puesto, fue acribillada en el distrito de La Esperanza.
En setiembre, Santos Corina Chamay Cabanillas y su pequeña hija de 8 años fueron halladas muertas en unas chacras de la provincia de Chepén.
Según las investigaciones, la pareja de la mujer, un mototaxista, mató primero a la mamá y luego a la niña. El móvil habrían sido los celos. El homicida está preso.
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