Después de más de 15 días de haber permanecido desaparecidos en el mar de , dos de los pescadores del distrito de Santa Rosa ya descansan en paz en el cementerio que lleva el mismo nombre.

En medio de llanto y dolor fueron enterrados ayer, en horas de la mañana, los restos de quien en vida fue Walter Wilson Ipanaqué Sánchez (30) y David Zeña Urcia (24).

SEPELIO. El ataúd de ambos fallecidos partieron desde las viviendas ubicadas en la cuadra 7 de la calle Colón y la cuadra 5 de Unión, los dos iban acompañados en medio de una multitud, entre familiares, amigos y vecinos.

“Mi esposo antes de partir nos dijo que se iba a la anchoveta y me abrazó fuerte muy fuerte al igual que a mis dos hijos, a quienes le prometió que volvería para construirnos nuestra casita. Ahora nunca más lo volveré a ver y mis bebés se quedaron sin padre”, es el lamento de Yesenia Llenque Suclupe de 29 años de edad.

Ella contó que tenía 10 años de relación con Walter Wilson Ipanaqué Sánchez con quien tuvo dos hijos, uno de 7 años de edad y el segundo de 11 meses de nacido. En todo momento indicó que la muerte de su amada pareja y sus compañeros fue por negligencia de las embarcaciones.

Mientras tanto la madre del occiso en medio de la tristeza exigió a las autoridades que no cese la búsqueda de los otros cuatro hombres de mar, entre ellos un venezolano que hasta la fecha aún permanecen desaparecidos.

“Por qué mi hijito por qué se tuvo que ir de mi lado y ahora ya no lo volveré a ver jamás, lo voy a extrañar demasiado, no es justo que esté muerto. Muy bueno con todos, era mi primer hijo el mayor de siete hermanos. Por favor que no dejen de buscar a sus compañeros que aún están dentro del mar, búsquenlos no los abandonen”, dijo María Sánchez.

De igual manera, los seres queridos de David Zeña Urcia no podían contener las lágrimas y menos esconder el fuerte dolor que sentían al haber perdido a uno de sus hijos.

Su padre José Zeña Yauce, contó que a su vástago desde muy pequeño le gustaba la pesca y siempre acudía en algunas lanchas a navegar, pese a que era soltero.

Su cadáver fue colocado en un ataúd blanco, el mismo que antes de ser enterrado fue llevado al malecón y frente a la playa de la mencionada caleta le rindieron un pequeño homenaje sus compañeros de promoción.

TRAGEDIA. Cabe recordar que el fatal accidente ocurrió al promediar las 2:30 de la mañana del 11 de abril, frente a las costas de Chimbote.

Esto tras el choque de la nave industrial de fierro Malena, con 224 toneladas de capacidad de bodega de propiedad de la empresa Austral, la cual impactó con la lancha de madera tipo “vikinga”, María Esperanza II de propiedad de la santarroseña, Yola Huamanchumo viuda de Sipión, con 47 toneladas de capacidad de bodega, la cual había zarpado de Chimbote, apenas media hora antes del siniestro.

La pequeña embarcación había partido con 12 hombres a bordo, de los cuales, solo cuatro fueron rescatados por los pescadores de Malena.

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