Para un juez de Chiclayo no fue suficiente el infierno vivido, el domingo 6 de agosto, por una mujer que tuvo que lanzarse desde el quinto piso de un edificio para huir y evitar ser ultrajada por sus captores.
Uno de ellos, identificado por la víctima, es Renelmo Llacsahuanga Lloclla (31), quien fue capturado por la Policía Nacional a pocas horas de lo sucedido.
Este sujeto fue puesto a disposición de la Fiscalía Mixta de La Victoria, instancia que actuó rápidamente para solicitar la prisión preventiva por el presunto delito de secuestro.
Aunque la audiencia se desarrolló la tarde del último jueves 10 de agosto, el juez del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Chiclayo, Wilson Medina Medina, desestimó dicho pedido, porque la denunciante consiguió escapar y esto le restaría gravedad a lo acontecido.
Llacsahuanga deberá pagara una caución económica y solo cumplirá una medida de libertad con restricciones.
En la Fiscalía no están contentos con la decisión de Medina, pues consideran que este decidió bajo un criterio equivocado; afectando así el avance obtenido por otros operadores de justicia en la lucha contra la violencia hacia la mujer.
El despacho del fiscal Paul Quesquén Liza apelará para que una segunda instancia haga una evaluación más acertada del caso.
En la Corte de Justicia de Lambayeque aún no se van a pronunciar, ya que no se conocen detalles de la resolución de Medina.
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Abogada señala que juez envía mensaje de impunidad
La abogada y coordinadora regional de la Red Poder de Mujer, Angélica Musayón Chira, rechazó el fallo del magistrado Medina porque es un mensaje de impunidad a los agresores de mujeres.
“El juez no ha realizado una profunda interpretación y no ha dado la justicia con la severidad requerida. Debió tener en cuenta la exposición a la que ha estado la víctima, generada por los agresores. Aunque esté investigado, estamos hablando de un potencial agresor sexual que podría atentar contra otras mujeres”, explicó.
Musayón señaló que los magistrados del Poder Judicial aún necesitan ser capacitados sobre la dolorosa realidad que marca a diario la violencia de género. “Por las actitudes de algunos, las mujeres se desaniman y prefieren callar, y, a la larga, eso es peor”, anotó.
La víctima logró detallar que fue llevada contra su voluntad hasta la habitación en el quinto piso de un edificio. Además, contó que Llacsahuanga le arrancó la ropa y le propinó dos cachetadas. En un descuido de este sujeto, la joven saltó por la ventana y cayó por un tragaluz. No perdió la conciencia, quedó con el pie lastimado y solo llevaba un polo encima para cubrirse
Testigos escucharon a la mujer pidiendo que no la dejen con Llacsahuanga. El investigado la llevó hasta su vivienda, pero en el camino le advirtió que “si hablaba, la mataría”.
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