Esperar con fe la recuperación de un pariente hospitalizado por la Covid-19, también representa un sufrimiento para sus familiares que pernoctan en las calles.
Esperar con fe la recuperación de un pariente hospitalizado por la Covid-19, también representa un sufrimiento para sus familiares que pernoctan en las calles.

Tras un año de vivir en pandemia, las historias que se registran en los exteriores de los hospitales en la región L también son dolorosas, pues allí los familiares no dudan en convertir las frías veredas en sus camas, a la espera de una noticia alentadora sobre la recuperación de sus parientes.

VER MÁS: Lambayecanos sufren por déficit de oxígeno

Pasan días y semanas

Y aunque muchos de los familiares que pasan días y semanas esperando la buena noticia de la recuperación de su padre, madre, hermano, hijo o amigo, saben que también y en cualquier momento, la noticia trágica los puede sorprender.

Ayer, en los exteriores del Hospital Regional de Lambayeque, el panorama era sombrío: personas esperando que el personal de vigilancia les informe el estado de su familiar, algunos de ellos descansando sobre colchas acondicionadas como camas.

Así encontramos a una familia, que prefirió reservar su identidad, pero sí nos confesó que no les importa sufrir durmiendo en la calle y esperar las noches que sean necesarias para ver de nuevo a su madre internada hace tres días.

“Estamos aquí con fe, rogando a Dios, que nuestra madre se recupere y vuelva a la casa. Nosotros también sufrimos esperando la noticia, pero eso no importa, lo importante es que nuestra madre sane y vuelva con nosotros a casa”, dijo una joven.