Entre ellos están los alias “Gato Casas”, “Chino Macaco”, “Esquivez”, “Loco Ludeña”, “Mono Tandazo” y dos de sus hijos.
Entre ellos están los alias “Gato Casas”, “Chino Macaco”, “Esquivez”, “Loco Ludeña”, “Mono Tandazo” y dos de sus hijos.

Tras salir a la luz el accionar delictivo que seguían cometiendo algunos internos del , las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) optaron por trasladarlos a diversas cárceles del país.

VER MÁS: Reos en cobro de cupos a violadores en el penal de Chiclayo

Es así que en horas de la madrugada, un fuerte contingente de servidores INPE ingresó al recinto y sacó a siete reos que serían los cabecillas de organizaciones criminales que hacían de las suyas en la región, como extorsión, reglajes, sicariato, dirigían invasiones de terrenos, entre otros delitos.

Lanchados

Ellos son Segundo Parcemon Tandazo Ordóñez, alias “Mono Tandazo”, quien junto a uno de sus fallecidos hermanos integraban la red delictiva “Los Monos de San Antonio”, desarticulada en el 2019.

También fueron trasladados sus hijos, Cristian Antoni y Segundo Hernán Tandazo Guevara.

Asimismo los condujeron a otros penales a Alberto Casas Sánchez, conocido en el mundo del hampa como “Gato Casas”; de igual forma, Víctor Antonio Piscoya Pulache (a) “Chino Macaco”.

Otros en la lista fueron Wilson Esquivez Delgado (a) “Esquivez” y Jacinto Calle Ludeña, alias “Loco Ludeña”.

Los siete reos fueron lanchados a distintos establecimientos penitenciarios de máxima seguridad, como Challapalca ubicado en Puno; Cochamarca situado en el distrito de Vicco, departamento de Cerro de Pasco; Juliaca, entre otros.

PUEDE LEER: Lambayeque: Obrero asesina a su pareja de una cuchillada en el abdomen

Delito

Tal y como Correo informó en sus ediciones anteriores, estos bandidos se agruparon para formar una sola banda y hacían su “negocio redondo” dentro de la cárcel ubicada en el distrito de Picsi.

Se dedicaban al cobro de cupos a todos los reos que ingresaban por los delitos contra la libertad sexual, en las modalidades de violación sexual, actos contra el pudor, entre otros, para de esa manera brindarles “protección” y no les hagan daño.

Supuestamente anteriormente a los violadores les aplicaban la frase “Ojo por ojo, diente por diente”, o sea los hacía pagar por aberrante hecho contra sus víctimas, más aún si son menores de edad.

Por inscripción habrían exigido S/ 2,000 y el pago mensual era entre S/ 500 y S/ 300, para ello, los sentenciados por violación tenían un plazo para cancelar, de no hacerlo, los golpeaban hasta incluso hacían que también los ultrajen sexualmente.

Esta mafia también se habría dedicado a dirigir las invasiones desde el interior del recinto y los que habrían ordenado si hay que matar o no a los que se interpusieran en su camino.

Uno de los terrenos que trataban de apropiarse era los que están ubicados en la localidad de Lambayeque, en donde hasta la fecha dos hombres han sido asesinados y un dirigente herido de bala.

Los presos lanchados también habrían buscado tener todo el control de las ventas de drogas como pasta básica de cocaína (PBC), marihuana u otros estupefacientes.

Representantes del INPE dieron a conocer que existe otra lista de reos de alta peligrosidad para ser traslados de penal.

TAGS RELACIONADOS