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La precaria conectividad que existe en los caseríos del distrito de Pítipo, en la región Lambayeque, para que los alumnos puedan recibir sus clases mediante los celulares, hizo que un docente decida asumir con admiración su compromiso con la educación y sus alumnos, reuniéndolos en los exteriores de sus casas para que reciban sus clases y no retrasen su aprendizaje.
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Ejemplo
El docente de primaria Marco Vásquez López es un hombre admirable y así lo reconocen los moradores del caserío San Luis, en el distrito de Pítipo, donde cada mañana grupos de pequeños son reunidos para que reciban sus clases debido a la suspensión de la enseñanza en los colegios por la Covid-19.
El docente, quien anteriormente laboró en Incahuasi por más de 13 años y también en Chiclayo, decidió ir a vivir al caserío Motupillo, desde donde viaja diariamente más de 5 kilómetros en una bicicleta para acudir en busca de los pequeños y darles el conocimiento que necesitan. “Desde marzo que inicié mi labor en esta zona, los pequeños tuvieron problemas para recibir sus clases debido a que el internet es muy precario su conectividad y por ello decidí viajar todos los días. A veces gastaba más de 5 soles diarios para movilizarme, pero un familiar me obsequió una bicicleta que la mejoré y con la cual ahora me movilizo”, indicó.
Detalló que se demora unos 30 minutos desde la zona donde vive hasta el caserío de San Luis, para reunir a grupos de 8 niños, respetando el distanciamiento y al aire libre, para desarrollar sus clases y que estos no se atrasen.
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“Todos los pequeños son hijos de padres de familia muy humildes, la mayoría agricultores que no tienen los recursos económicos y en casa se les hace difícil comprar un celular, por eso es que decidí viajar todos días para brindarles sus clases y que no se retrasen”, manifestó.
El destacado docente refiere que las condiciones geográfica no es un motivo para dejar de desarrollar sus actividades, pues refiere que anteriormente estuvo en Incahuasi, donde también realizó jornadas de educación similares, reuniendo a escolares que no podían desplazarse a los colegios respectivos.
“He tenido algunos contratiempos que podría llamarlo como anécdota. Recuerdo que un día manejaba la bicicleta con destino a dictar clase, cuando de un chacra salieron unos perro y uno de ellos me mordió, a pesar de ello tuve que continuar con mi recorrido para cumplir con las clases programadas con los pequeños”, manifestó.
La institución educativa en la cual labora el citado docente es de Inicial y Primaria N°11068 “Antonio Arroyo Chapoñan”, la misma que atiende a una población escolar de 129 estudiantes.
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A inicios del presente año escolar 2021 , cuando ya era un hecho la educación remota, los padres de familia hicieron todo lo posible por conseguir celulares para la conexión de sus menores hijos con sus profesores, pero no fue suficiente debido a la mala señal digital que existe en la zona y el recurso económico para adquirir un dispositivo tecnológico.
Vásquez López coordinó con el director del plantel Winston González Manayay y surgió la idea de aplicar la estrategia pedagógica “docente en casa”, donde el profesor reúne a sus estudiantes en dos grupos de acuerdo a la cercanía y cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, dicta sus clases al aire libre, primero en una casa y luego en la otra.
El método ha sido muy importante y necesaria porque los niños y niñas están desarrollado competencias y capacidades, mejorando sus aprendizajes y también fue una ayuda y soporte emocional para los estudiantes y sus familias.
El docente espera que todos sus colegas, a pesar de las circunstancias por las que atravesamos por la pandemia del coronavirus, reafirmen su compromiso con la educación cumpliendo con sus alumnos en las tareas diarias que deben ejecutar por el bien de los educandos.
“Para los docentes comprometidos con la educación nunca habrá una justificación para no cumplir con nuestra labor, por el contrario es una satisfacción cumplir a diario con impartir conocimientos desde el lugar que nos asignen las autoridades del sector”, concluyó.
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