Los vecinos de los pueblos jóvenes, ubicados en la carretera Chiclayo-Pomalca, siguen esperando que la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque (Epsel) reinicie los trabajos para culminar el proyecto de agua potable y alcantarillado.
Este diario corroboró tal situación al dialogar nuevamente con los moradores. El lunes 5 de febrero, funcionarios de Epsel indicaron a Correo que la ejecución se reactivaría a partir del martes, pero ello solo ha quedado en palabra.
“No hay reinicio como ellos habían ofrecido. Hace poco han informado que podría ser el lunes 12 de febrero. Ya no sabemos a dónde recurrir, pues estamos cansados de mentiras. La alcaldesa, Janet Cubas, está al tanto de lo que viene sucediendo, pero ella solo puede requerir informes a Epsel”, explicó Lindolfo Fernández, presidente del Frente de Defensa de los Pueblos Jóvenes de la carretera Chiclayo-Pomalca.
Las promesas para culminar la obra vienen desde el mes de enero. En la zona no se ven obreros ni maquinaria pesada.
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Los beneficiarios han tocado las puertas de varias entidades, entre ellas el Ministerio de Vivienda, la Defensoría del Pueblo y Contraloría General, y el problema persiste, aplazándose así el día en que llegarán a contar con un servicio de agua potable adecuado.
“Además falta que Epsel explique a las organizaciones cómo el supervisor, que es una persona natural, si cumplirá los objetivos en un proyecto de gran magnitud”, agregó Fernández.
Un tema pendiente es el apoyo de agua potable, a través de vehículos cisternas que llegan a los domicilios.
La planificación no es la más idónea y las unidades no ingresan a todos los pueblos jóvenes afectados.
Esto ocurre a pesar de que el croquis fue alcanzado a los técnicos de la Gerencia de Operaciones y a Distribución de Epsel.
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