Agentes del INPE también pasan por la evaluación de los reos del penal de Lurigancho. (Cuarto Poder)
Agentes del INPE también pasan por la evaluación de los reos del penal de Lurigancho. (Cuarto Poder)

Los internos del penal de Lurigancho lograron organizarse y aplican protocolos sanitarios a fin de evitar más contagios de entre la población penitenciaria, debido a que, hasta este domingo, han fallecido 28 reos infectados.

Tras protagonizar protestas hace más de un mes, que incluyeron motines, los presos del penal de Lurigancho implementaron medidas, como restringir las ingresos a los pabellones, para evitar más muertes por el COVID-19.

A las personas que deseen acceder a los pabellones se les toma la temperatura con termómetros infrarrojos y se les desinfecta. Incluso, los agentes del Instituto Nacional Penintenciario (INPE) pasan por ese proceso. Los encargados de esa labor son los delegados.

Además, los internos han convertido un taller de zapatería en una fábrica de mascarillas. Un porcentaje de la producción ha sido destinado a la donación en medio de la lucha contra el nuevo coronavirus.

Las autoridades del INPE transformaron un taller de soldadura y mecánica en el pabellón COVID-19, donde 28 internos reciben tratamiento. Esta zona se encuentra aislada y está prohibido el ingreso.

Los internos también han implementado un sistema de triaje en el pabellón 2 para detectar, con un oxímetro, los síntomas tempranos del COVID-19. Los presos con sospecha de ser portadores del virus son enviados a la clínica del penal, la cual ha sido instalada en la loza deportiva.

-Apoyo-

Por su parte, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) señaló que ha establecido una nueva estrategia de intervención en los 68 penales del país, de acuerdo al Plan de Acción Frente al Riesgo de Introducción de la COVID-19.

La intervención busca tener de aliados a los internos para implementar medidas de prevención e intervención temprana a los pacientes sintomáticos, asegurando que los mismos reciban atención médica oportuna y así evitar llegar a las complicaciones fatales.

La estrategia consta de tres pasos, en los que se busca la participación activa de los reos, bajo la supervisión, monitoreo y vigilancia del personal de salud de cada establecimiento penitenciario.