“Lo maté porque me usaba mucho, porque mareado me insultaba”, contó Giancarlo Paolo Sánchez Suárez (25), estudiante de medicina veterinaria, durante el examen de pericia psicológica al que fue sometido en la División de Criminalística de la Dirincri. Él relató cómo acabó con la vida de su amigo Gerver Coz Vara (35) y la forma que intentó desaparecer los restos descuartizados.
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“Lo conocí cuando pedí un taxi por aplicativo. En el transcurso hablamos. Me dio su número para que lo llame cuando me quiera movilizar. Poco a poco me fue interesando como era. Me daba consejos. Lo conozco desde hace tres años aproximadamente. Al inicio solo teníamos vínculo laboral, pero luego empezamos a frecuentarnos, salíamos a tomar, pero siempre en el carro (camioneta de la víctima). No íbamos a sitios específicos”, contó.
“El 14 de setiembre a las 3:00 p.m. fue a recogerme a mi trabajo. Llevó un six pack de cerveza como siempre llevaba. Me dijo para tomar y le dije que me espere porque estaba entrando en el trabajo por una gatita que tenía en atención”, relató a los especialistas.
Sánchez dijo a los psicólogos que Coz Vara intentó abusar de él cuando estaba mareado y que había pensado en ponerle una excusa para que ya no se vean y que le iba a decir que se había quedado sin trabajo, que no tendría dinero para que se vean.
“Pero decidí mezclar ketamina en su cerveza porque dijo que de ese día no pasaba (que iba tener relaciones conmigo); yo quería que pase algo entre nosotros dos, quería tener relaciones con él, pero no estando mareados”, precisó en su relato de acuerdo a la pericia psicológica N 546/2021.
“Cuando estaba dormido producto del efecto de la ketamina, le aplique la T61 (medicina de la eutanasia) porque tenía miedo que si despertaba, me haga algo. Era él o yo”, manifestó.
CERCENÓ CADÁVER EN LA CAMIONETA
El asesino confeso Giancarlo Paolo Sánchez Suárez (25), durante la pericia psicológica, señaló que no se había dado cuenta de que su amigo estaba muerto y que paseó el cadáver tres días en el vehículo de la víctima y que luego lo descuartizó en la camioneta. “No sabía que había muerto hasta que pasaron tres días y empezó a oler feo el carro. Todo ese tiempo daba vueltas porque no sabía qué hacer. El jueves 16 de setiembre llevé el auto a la cochera de mi casa. Ahí lo corté con una sierra y un cuchillo. Luego lo puse en bolsas, en frazadas detrás de la maletera del carro”.
“Luego me fui a Cieneguilla a quemar algunas partes del cuerpo. En tres lugares dejé los restos, en un punto dejé las extremidades superiores, en otro las inferiores y en otro el tronco y la cabeza. Como no tenía más gasolina, la lleve a mi casa (la cabeza), la metí en un balde y la mezclé con cemento que había ido a comprar. Nadie sabía de lo que pasó. Cuando ya había esparcido las partes del cuerpo dejé el auto en Surco”, contó.
Respecto al descuartizamiento sostuvo que lo hizo porque recordó que lo había visto en la televisión. “Lo descuarticé porque veía en la televisión que varias veces había pasado y los dejaban en maletas. No sé si salga de esta investigación porque ya dije que yo hice las cosas, pero si saliera haría las cosas bien”, dijo a los peritos de psicología.
Tras relatar su crimen, Sánchez afirmó estar arrepentido. “Me nublé. Nunca quise hacer eso en realidad. Me siento mal. Arrepentido. Creo que si no hubiera hecho esto no estuviera aquí, mal por mi familia, por la familia de él que los vi en la televisión. Eso me asustó. No sabía qué hacer, no le comenté a nadie de lo que hice”.
Giancarlo Sánchez, quien laboraba en la Brigada Canina de la Municipalidad de Surco, contó en la misma pericia que tenía una relación de dos meses con una joven. Tras conocer al taxista sintió una atracción por él, según su testimonio que dio a la policía. “Ahora último tuve una atracción por un hombre, supongo que lo sabía pero se aprovechó. Vio que sentía algo hacía él y me usaba pidiéndome dinero, yo le daba. Se llama Gerber, el chico que asesiné”, sostuvo.