La criminalidad extiende su campo de acción amparada en la impunidad de sus delitos, y no tiene reparos para poner en la mira incluso a las autoridades del país, que -en el papel- cuentan con protección.
Así quedó demostrado, una vez más, ayer sábado, cuando el alcalde de Pachacámac, Enrique Cabrera Sulca, denunció que es amenazado de muerte por sujetos aparentemente ligados a una presunta mafia de tráfico de terrenos.
“Por lo general, no hago públicas estas denuncias de amenazas, porque no quiero obstaculizar las investigaciones policiales ni poner en advertencias a estas bandas criminales investigadas”, confirmó a los medios.
Además, denunció que una de sus funcionarias también está en la mira, al parecer, por las mismas razones.
No es el único
El caso de Cabrera Sulca sale a la luz semanas después de que su colega de San Juan de Lurigancho, Jesús Maldonado, revelara -también ante los medios de comunicación- que él y su familia recibieron amenazas de muerte por parte de criminales.
Según relató en su oportunidad, los delincuentes incluso le pusieron un precio de 30 mil soles a su cabeza, debido a su intención de clausurar locales nocturnos ligados a mafias de tratas de personas y de acabar con el comercio informal en la jurisdicción.