Jackeline Salazar, secuestrada durante 11 días, ofreció un desgarrador testimonio ante la Policía sobre su experiencia en un inmueble de Carabayllo.
Días antes de ser capturada, Jackeline le comentó a su novio que había notado una moto estacionada frecuentemente en la esquina de su casa, sin saber que ya estaba siendo vigilada.
El 13 de mayo, una minivan y una moto la siguieron desde su gimnasio en Comas hasta la Panamericana Norte en Los Olivos. Fue allí donde la interceptaron y la subieron a un vehículo que se alejó rápidamente. Desde ese momento, fue atada de manos y pies, y le pusieron un trapo en la boca para silenciarla.
Durante los primeros tres días de su cautiverio, estuvo mareada debido a un golpe en la cabeza, según su declaración. Bryan Yomona Quezada fue identificado como el responsable de su custodia durante este período.
Uno de los momentos más difíciles de su secuestro ocurrió cuando Yomona la obligó a grabar un video mostrando su sufrimiento, con el objetivo de presionar a su padre para que pagara dos millones de soles por su liberación. Sin embargo, le exigieron realizar más grabaciones similares para seguir presionando a su familia.
El 24 de mayo, un movimiento inusual en la casa donde estaba retenida anticipó lo que sería su rescate. La Policía irrumpió en el inmueble y liberó a Jackeline, poniendo fin a su calvario de 11 días. No obstante, recuperar la tranquilidad y superar el trauma le llevará mucho tiempo.
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