Un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) del Ministerio de Salud (Minsa) sobre el impacto de la pandemia en la salud mental de los habitantes de la capital, reveló que la infidelidad de pareja, como causa de tensión familiar, ha disminuido notoriamente del 18,3 % al 1,1 %. Además, que la indiferencia también se redujo de 18,9 % a 3,7 % en Lima Metropolitana.
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El director ejecutivo de la Oficina de Apoyo a la Investigación y Docencia Especializada del INSM, Javier Saavedra Castillo, señaló que este resultado corresponde al indicador “fuente de tensión de las mujeres actualmente unidas en la población de Lima Metropolitana”, y refleja que la pandemia ha sido también una oportunidad para “estrechar lazos emocionales y más unión familiar. Esta experiencia va a dejar muchas enseñanzas y valorar más los espacios, así como a la familia”, afirmó.
En tanto, el psicólogo Emir Valencia Romero, jefe del Departamento de Psicología del INSM, explicó que a partir de la pandemia por el COVID-19 “muchas parejas han podido integrarse y fortalecerse logrando que sus relaciones sean más armónicas y sólidas, sin intención de tener una pareja fuera del matrimonio”.
Según indicó, una relación saludable debe asumirse con responsabilidad y respeto, hablando sobre la fidelidad y la infidelidad, y estableciendo reglas. Es necesario, dijo, mantener los detalles, así como la cercanía emocional.
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Además, consideró importante que cada persona aprenda a manejar sus emociones, cómo trasmitirlas y controlarlas. “La relación de pareja se construye y se mantiene día a día con el diálogo para manejar las discrepancias y llegar a acuerdos. Muchas veces las parejas se convierten en dos adultos criando hijos y no se muestran afectos”, precisó.
Deterioro psicológico
El psicólogo advirtió que la traición con una tercera persona es uno de problemas que causa más dolor y deterioro psicológico en las parejas, motivando en la mayoría de los casos la separación definitiva o conflictos crónicos, cuando no es bien manejado. “Cuando hay infidelidad se rompe la confianza y el compromiso, dos pilares fundamentales en la vida de pareja”, señaló.
Asimismo, subrayó que la mayoría de las personas infieles, que quizás solo han restringido sus contactos durante la pandemia por miedo a contagiarse de la COVID-19, se caracterizan por tener una personalidad inmadura que no les permite cumplir compromisos y ponerse límites.
Es decir, buscan el disfrute inmediato y se dejan llevar por impulsos sin medir las consecuencias. “Necesitan ayuda psicológica para crecer, madurar y ser el adulto que una pareja necesita”, precisó el especialista.
Recomendó que para reconstruir una relación rota, la persona infiel debe aceptar su responsabilidad, sin echar la culpa ni minimizar sus actos, estando seguro de su deseo de continuar la relación y de reparar el daño causado. En esos casos se recomienda recibir terapia de pareja.