pasó la mayor agresión de su vida en nuestro país:  fue golpeado por barristas del Sports Boys el domingo 14 de julio, cuya consecuencia son las hematomas múltiples que le dejaron al ser asaltado. Y no bastando con este lamentable suceso, sintió la indiferencia en el entorno como en la salud.

"He vivido el peor momento de mi permanencia en el Perú con el ataque delincuencial y XENOFÓBICO del cual fui víctima y que me ha causado mucho dolor emocional, personal y físico por las agresiones que recibí", así comienza a narrar el usuario venezolano identificado como Andres Noel Mora Medina, quien también conversó con Correo.

Cómo comenzó todo 

A través de un hilo de tuits en el que salió ese domingo a comprar de la cabina de internet por mandado de la administradora del lugar donde atendía. Mientras caminaba por la la avenida Juan Pablo II, no se dio cuenta que un promedio de seis a ocho facinerosos lo seguían. 

Al verlo desprotegido, los sujetos lo agarran del  cuello, y entre el forcejeo, le rompen la ropa. Le quitaron al billetera solo para darse cuenta de quién era.De sus documentos personales de identificación, tanto como su permiso de permanencia temporal (PTP), su cédula de identidad venezolana, entre varios documentos importantes para Andrés, fueron arrebatados de su bolsillo y arrojados a la calle.

"Al percatarse que no contenía dinero y que era venezolano, ya en el piso, me patean la cara, me rompen los lentes y me gritan: "VENEZOLANO DE M...", escribió Mora Medina, añadiendo que luego de soportar la burlas de los delincuentes, corrieron del lugar.

Atención deficiente

Nadie lo ayudó. Se levantó adolorido al lugar donde trabaja, solo para desplomarse llegando en la entrada, así que llamaron al serenazgo de Bellavista, que lo llevaron hasta el Hospital Nacional Daniel A. Carrión, sin embargo, la atención fue peor que en la calle.

"Por no disponer de un SIS y a pesar de tener una emergencia, NO SE ME QUERÍA ATENDER, por no disponer de carné de extranjería", remarcó Andrés, pero tuvo ayuda de los peruanos que viven con él y que gracias a él se pudo atender.

Añadió que la administradora de su centro de trabajo: "no quiso hacerse responsable de lo que le sucedía al joven: "sólo estuvo 15 minutos en el nosocomio y se retiró Y al día siguiente manifestó que NO PAGARÍA NADA DE LO QUE NECESITABA PORQUE ESO NO OCURRIÓ EN SU NEGOCIO".

Recuperado pero dolido

Finaliza el hilo, explicando que sentó la denuncia DIRINCRI de Bellavista. Sin embargo, no la pasa nada bien: "Emocionalmente me siento resquebrajado, dolido, humillado (...) No más violencia. No más xenofobia. Soy una persona tranquila, no merecía esto, NADIE merece esto".

Dato:

Correo intentó comunicarse con el Hospital Daniel Alcides Carrión, sin resultado.