La exoneración del impuesto general a las ventas (IGV) para los productos alimenticios de la canasta básica como el pollo, huevos, azúcar, fideos, pan y otros, que fueron aprobados en un dictamen otorgado por el Congreso de la República, no aliviará en nada los bolsillos de la ciudadanía.
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Así lo señaló la economista y catedrática de la Universidad de Piura (UDEP), Brenda Silupú Garcés, quien explicó que el efecto no será favorable, ya que el 99% son pequeñas empresas y más del 75% de ellas son informales.
No se verá reflejado
La especialista indicó que la medida de la exoneración del IGV no tendría efecto inmediato.
“Yo no creo que realmente haya sido una medida de política que pueda tener o pueda cumplir con el objetivo esperado, que es la reducción de los precios. No es algo inmediato que exoneran el IGV y el precio se va a reducir, no es así”, señaló la economista a Correo.
En esa línea, explicó que antes que apliquen una política como esta (exoneración del IGV), se debió evaluar el contexto de la realidad de nuestro sector empresarial, ya que el 99% son pequeñas empresas y más del 75% son empresas informales que no tributan.
“La informalidad es una característica que se encuentra establecida dentro de las transacciones que se realizan en el sector empresarial y que no viene de la pandemia, sino de muchos años atrás. (…) En el caso de las microempresas informales, no establecen su precio con IGV, entonces por ese lado no habrá efecto, porque definen su precio en función a la oferta y la demanda”, explicó Silupú.
Aunque, añadió que hay un pequeño porcentaje de empresas que sí son formales o que han iniciado un proceso de formalización y algunas están como Personas Naturales inscritas en el RUS, que es un régimen que no le da derecho al crédito fiscal y tampoco deduce o define un precio que incluye IGV y paga un monto fijo en función a lo que vende.
“Yo no veo que a partir de ahorita vayan a empezar a bajar los precios. No va a ser tan efectiva la reducción, especialmente en los productos de la canasta familiar, porque muchos de ellos, especialmente los productos perecibles que compran en el mercado de abastos, no deducen el tema del IGV para el tema de sus negociaciones”, enfatizó la economista.
Señaló que quizás el gobierno debió tomar otras medidas, como los subsidios temporales para compensar el incremento de los precios. También, solucionar los problemas del transporte que se ha generado y que ha contribuido al incremento de los precios y la escasez; y además, por la distribución de los productos a provincias.
Asimismo, fomentar el tema de la negociación y dar facilidades para que los agricultores sean los que ofrezcan directamente sus productos para que haya más oferta y el precio disminuya y no se genere la especulación que afecta a la ciudadanía.
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Pollo no bajará
En tanto, la Asociación Peruana de Avicultura (APA) señaló que el dictamen del parlamento en exonerar el IGV al pollo y el huevo, no hará que el precio del pollo disminuya; por el contrario, podría hasta incrementarse.
Detallan que este efecto sucederá porque el texto no contempla la devolución del IGV que se paga en los insumos, materias primas, bienes intermedios y servicios usados en su producción, por lo que este monto se convertirá en costo y afectará el precio final de estos alimentos, causando el efecto contrario al que se busca.
“La exoneración o inafectación del IGV de un producto debe estar acompañada de la exoneración o devolución del IGV que se paga en los bienes y servicios usados en su producción, caso contrario ese monto se vuelve costo y afecta finalmente el precio en el sentido contrario al buscado”, señaló Julio Favre, presidente de la APA.