Ocho mujeres ofrecían sus servicios en plena calle y frente a niños. Una ecuatoriana fue encontrada con un cliente en un hostal
Ocho mujeres ofrecían sus servicios en plena calle y frente a niños. Una ecuatoriana fue encontrada con un cliente en un hostal

Ocho meretrices, entre peruanas y extranjeras, que o, frente a familias y menores de edad en pleno cercado de Sullana, fueron intervenidas por la Policía y Fiscalía de Prevención del Delito. Entre ellas fue sorprendida una ecuatoriana con un cliente en el interior de la habitación de un hostal.

La intervención ocurrió en la calle Espinar, entre las transversales Lima y Callao, donde los efectivos policiales de la comisaría de Sullana sorprendieron a venezolanas, ecuatorianas y peruanas que esperaban a sus clientes a inmediaciones de unos hostales.

Asimismo, las autoridades llegaron a un hospedaje situado en la calle Juan José Farfán, frente a la plazuela Miguel Grau y sorprendieron en una habitación a una meretriz ecuatoriana junto a un cliente.

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Según informaron, el hombre indicó que la extranjera cobraba S/30 por sus servicios sexuales y que por el alquiler del cuarto pagó S/ 10. Asimismo, las autoridades señalaron que, tras verificar con los encargados del hostal, comprobaron que en pocas horas, dicha extranjera había registrado su ingreso en tres ocasiones.

Todas las meretrices, junto al cliente, fueron conducidas a la dependencia policial de la jurisdicción para las investigaciones correspondientes. Además, la Policía viene realizando operativos en dicha zona, para tratar de erradicar la prostitución clandestina en esta zona de la ciudad.

Los vecinos de las calles Espinar, Juan José Farfán y Grau, así como de las transversales Lima y Callao, están cansados que las prostitutas usen estas vías para ofrecer sus servicios sexuales, donde se reúnen con sus clientes, frente a familias y menores de edad. Incluso, en reiteradas ocasiones, estas mujeres han sido captadas en videos protagonizando peleas entre ellas y en plena calle.

Ello, solo por el afán de disputarse las zonas de trabajo donde ofrecen sus servicios sexuales a los clientes y cuyas tarifas oscilan entre S/30 y S/60.

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