Se inauguró la “Feria de las Alasitas 2022″, tras dos años de suspensión forzada por la pandemia. La ceremonia fue liderada por el alcalde de Puno, Martín Ticona Maquera, quien junto al regidor Jorge Quispe Apaza encabezó las diversas actividades llevadas a cabo en conmemoración a esta importante manifestación cultural.
TE PUEDE INTERESAR: En Puno, Coateños no le perdonan desaire a premier Aníbal Torres
Las actividades iniciaron a las 10 de la mañana del día domingo 1 de mayo, con el recorrido de la comitiva responsable de la organización de esta tradicional manifestación cultura; que tiene en el Ekeko el símbolo principal de la abundancia y la prosperidad.
La ceremonia central se desarrolló en la Capilla Cruz de Bellavista, en donde las autoridades dieron inicio a esta tradicional feria, con el saludo a la “Cruz de Mayo” y la representación de la abundancia por parte del Ekeko.
“La Municipalidad de Puno este año ha tomado la decisión de aperturar esta actividad, para lo cual se conformó la comisión central y de esta manera mantengamos viva la fe y esperanza, la prosperidad en Puno y de esta forma también se reactive la economía de los artesanos”, precisó la autoridad edil.
Ticona Maquera, hizo extensiva la invitación a toda la población puneña, para que concurra a esta feria, en donde no sólo se expenderán miles de artesanías en miniatura sino también se contará con una feria gastronómica, en donde se podrá degustar una gran variedad de potajes puneños.
Esta feria cuenta con un plan que consta en un croquis para las vías alternas del transporte, zona de evacuación, puesto de Defensa Civil, puesto de Bomberos, puesto de la Policía Nacional, servicios higiénicos, canastillas de pase peatonal y zonas adecuadas para la feria gastronómica.
LEA TAMBIÉN: En Sandia, chofer saltó de camioneta para evitar caer al precipicio
Alasitay
El poeta Omar Aramayo, describe a esta feria así: “... las Alasitas hacen soñar, hacen soñar a chicos y grandes. Los niños llegan a esta feria de `juguetes’ con la esperanza de llevarse todo; pero como la feria es más grande y el bolsillo es cada vez más chico, esto es imposible. Los mayores van a la feria ritual a llevarse en pequeño lo que quisieran tener en grande: un carro, una casa, ropas de fiesta, ropas íntimas, títulos profesionales, zapatos, y cargan con unción, con verdadera fe, lo que está al alcance de la mano. Muchos compran un Ekeko, patrón de la fiesta, rey inequívoco de los comerciantes, Dios de la alegría y heredero legítimo de los dioses del antiguo Perú, para que sus deseos tengan un testigo, un garante. Un hacedor”.