Manifestantes una vez más llegaron a la capital de la región Puno. Foto/Javier Calderón.
Manifestantes una vez más llegaron a la capital de la región Puno. Foto/Javier Calderón.

A partir del 27 de julio, las acciones de protesta se radicalizarán en la región. Los pobladores de Atuncolla, por ejemplo, anunciaron el cierre de la carretera que une las ciudades de Puno y Juliaca.

MIRA ESTO: Puno: aimaras anuncian que puente Internacional de Ilave permanecerá cerrado en los próximos días

En su arribo a la capital de la región,  uno de los representantes del mencionado distrito, Fredy Quispe Apaza, adelantó que, para la referida fecha se radicalizará la lucha y su contundencia está garantizada. “Estaremos en contacto con todos los organizadores, autoconvocados...como no nos obedecen, vamos a tener que...tomar las vías públicas, las avenidas...definitivamente el 27 y 28, tenemos que cerrar la carretera Puno - Juliaca”, comentó el poblador. 

Mientras que, los tenientes gobernadores del distrito de Ácora, acordaron realizar movilizaciones durante la presente semana y, el 28 de julio, marchar hacia la capital de la región, exigiendo la renuncia de la Presidenta Dina Boluarte.

Bloqueos

En el inicio de la presente semana, se vivió un ambiente de relativa calma, aunque, una vez más, el puente Internacional Ilave ha sido bloqueado. Los dirigentes de esta jurisdicción también anunciaron su adhesión a las medidas de protesta durante las Fiestas Patrias.

En la ciudad de Juliaca, los familiares de las víctimas del 9 de enero y diferentes organizaciones también se plegarán a las movilizaciones. El representante del Sutep, en esta jurisdicción, Pedro Quisocala, anunció la participación de los profesores en las marchas.

La provincia de Azángaro, determinó acatar un “paro seco” durante el aniversario patrio. En Carabaya, la población se reunió el fin de semana y acordó salir a las calles. Cuestionaron, además, la reunión que sostuvo el alcalde Edmundo Cáceres con la presidenta de la República.

En relación a las actividades programadas por el Ejército Peruano para el 27 de julio, los dirigentes calificaron como una provocación la realización del desfile.