Según los resultados del Índice del Progreso Social Regional del Perú (IPSRP), edición 2022, desarrollado por Centrum PUCP, la escuela para los buenos negocios de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), en alianza con el Social Progress Imperative; en la mayoría de las regiones se presenta un avance muy lento con respecto al año anterior en términos de bienestar, atención a necesidades básicas y oportunidades. En promedio, las regiones subieron un punto con respecto al año anterior; luego de que en el año de la pandemia disminuyeron 3.9 puntos. A nivel nacional, el impacto negativo de la pandemia fue de 3.2 puntos y en el 2021 solo mejoró 0.6 puntos.
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Al respecto, Luis Del Carpio, director de la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI) de Centrum PUCP, señaló que, a pesar de la mejora, ninguna región presenta un nivel alto de progreso social. Además, se revela que los puntajes aún sienten los efectos de la pandemia y la recuperación económica no se ha podido traducir en un mayor beneficio social. En resumen, 13 regiones presentan un nivel medio bajo de progreso social y 13 regiones un nivel bajo.
El caso Puno
En términos de bienestar y oportunidad para sus ciudadanos, lamentablemente la región Puno, aparece en el vigésimo cuarto lugar con un 51.7%, nivel considerado muy bajo, apenas por encima de Ucayali y Loreto. La otra cara de la moneda es Moquegua que, se ha recuperado favorablemente y lidera la lista con un 61.1%.
En relación a satisfacer las necesidades básicas humanas, esto es: nutrición, agua, vivienda y seguridad, Puno no ha mostrado mayores mejorías y se ubica en el décimo séptimo lugar con un 61.2%, nivel medio bajo.
En cuanto a fundamentos del bienestar, todas las regiones presentan un bajo y muy bajo desempeño en aspectos vinculados a la educación básica, acceso a la información, salud y medio ambiente. Aquí Puno ocupa nada más y nada menos que, el penúltimo lugar con 39.5%, un nivel muy bajo.
En cuanto a oportunidades, en esta dimensión los retos están relacionados con los aspectos vinculados a los derechos y libertades personales, tolerancia e inclusión, así como al acceso a educación superior. En este aspecto, tampoco el departamento destaca. Se encuentra en el vigésimo segundo lugar con un 54.3%, un nivel muy bajo.
En el primer año de la pandemia de la COVID-19, todas las regiones han retrocedido en cuanto a cada uno de los niveles que trazan el desarrollo social. Ya en el presente año, algunas de ellas han demostrado cierta recuperación, en cambio otras, continúan relegadas.
“A pesar de observar importantes diferencias a nivel regional y un avance lento, es fundamental valorar el gran potencial que se tiene en cada una de las regiones. Por lo tanto, estos resultados del IPSRP 2022 confirman que se requieren acciones urgentes e inmediatas. Más aún, si se desea cerrar las brechas existentes en nuestras regiones” finalizó Luis Del Carpio.