El jefe de la Oficina de Bienestar Universitario de la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann Claudio Ramírez Atencio reconoció que la pandemia COVID-19 ha afectado la formación de los estudiantes ya que hubo “deficiencias”, pero que se pueden subsanar con la educación continua que deben implementar como egresados.
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Recordó que luego de dictarse el estado de emergencia, en marzo del año pasado, han continuado las labores académicas en el 2021 y 2022 y en ese mismo lapso muchos jóvenes han terminado sus carreras, han egresado y hasta se han titulado como profesionales.
Carreras más afectadas que otras
Quizás hayan carreras como Derecho en las cuales el impacto sea menor, porque pueden adecuarse a la virtualidad; pero hay programas como medicina, odontología, obstetricia y otras de ciencias de la salud, donde es necesaria la interacción, el uso de laboratorios y el trabajo de campo.
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En ese sentido, resaltó que se ha hecho todo lo posible para reemplazar la presencialidad, dotando a los alumnos de otras herramientas. “Se pidió a los médicos que ingresen a las sala de operaciones con cámaras, se ha trabajado con videos y se ha utilizado simuladores”, ejemplificó Ramírez.