Entre enero a marzo del año 2001, una organización criminal denominada por la PNP como “Los Malditos de la Quebrada del Diablo” sembró el terror en Tacna con asesinatos en serie de taxistas para robar vehículos y desmantelarlos. Transcurrido 21 años, los familiares de seis víctimas aún recuerdan la crueldad e insania con que actuaron los delincuentes, ya que sus seres queridos fueron estrangulados con los cinturones de seguridad, maniatados con cables de sus taxis y luego enterrados en lugares descampados de la ciudad.
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Ataques cerca a locales nocturnos
Pedro Apaza Nieto, alias “Cholo Apaza”; César Ccalani Quispe, “Mono”; Rubén Chucuya Ramos, “Chino”; José Mamani Cruz, “Fierro”; Carlos Laura León, “Champú”; y Rafael Maquera Larico, “Chuto”, fueron capturados como los integrantes de la banda y procesados por delitos de secuestro y robo seguido de muerte, por lo que fueron condenados a cumplir la cadena perpetua.
Sobre las víctimas, Walter López (24) fue el primero en desaparecer el 16 de enero por la noche con su taxi, tras salir de su casa en Ciudad Nueva para laborar, según denunció su humilde madre ante la PNP. Siguieron Juan Velásquez (33) el 2 de febrero, Juan Alania (4 de febrero), Pío Sarmiento y César Ticona (1 de marzo) y Aníbal Rafael (12 de marzo).
Según la tesis de la PNP, la mayoría de los desaparecidos solía frecuentar los alrededores de los nigth club o “chupódromos” que funcionaban en la zona del Parque Industrial y otras partes de la ciudad por su labor de taxista (menos Ticona, que era amigo de Sarmiento y un asiduo concurrente a esos locales), y en esos lugares habrían sido captados por los miembros de “Los Malditos” que concurrían a esos locales para divertirse con licor y damas de compañía, malgastando el dinero obtenido por actividades ilícitas, como la venta de los autopartes robados.
Al hacerse público las denunciantes ante la PNP por desapariciones de taxistas en serie, los familiares de esas personas que estaban inubicables junto al vehículo con que trabajaban se quejaron del poco apoyo policial en las tareas de búsqueda, hasta que el 18 de febrero una comitiva de familiares que recorría o “peinaba” la cima del cerro Intiorko llegó a una pequeña quebrada ubicada a la altura del kilómetro 15 de la carretera Tacna-Tarata.
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Familiares hacen búsqueda
En esa pequeña quebrada, distante a unos 500 metros con dirección al sur de la pista de la carretera Tacna-Tarata se hizo el macabro descubrimiento de vehículos que habían sido desmantelados y quemados para no dejar huellas, además de cuatro cadáveres sepultados con los brazos atados y otros restos óseos. Posteriormente, dos varones desaparecidos más fueron hallados muertos y enterrados en las inmediaciones de la avenida Los Ángeles del distrito de Calana.
Con las investigaciones de policías del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) se supo que otros miembros de la banda criminal fueron Andrés Chipana Poma (a) “Chavo” y las féminas apodadas “Melissa” y “Lucy” que laboraban en locales nocturnos y algunas veces fueron utilizadas como señuelos para atraer a las víctimas. Esas personas nunca fueron ubicadas, pero durante la búsqueda policial en el cerro Intiorko en otro sector de la quebrada se halló el cadáver de una joven mujer y se barajó la hipótesis que sería una de la banda que también fue asesinada.
Para establecer la participación de una banda en los atroces crímenes fue importante la intervención y confesión ante la PNP de un menor apodado “Chucky”, también miembro de la organización delictiva y que declaró con detalles sobre los roles que cumplían cada uno de los varones adultos capturados.
Tras el desbaratamiento de la banda y reclamos de los familiares de las víctimas por justicia, el abogado Eder Farfán Romero asumió la defensa de la parte civil en el proceso que se siguió a los integrantes de “Los malditos de la Quebrada del Diablo”, y recibió el apoyo de la ciudadanía tacneña. “Fue un hecho que causó gran conmoción a nivel local y nacional y esperamos no se repita”, dijo ayer por vía celular el ahora fiscal en una región del país.