Un viejo adagio popular sostiene que “cualquiera es General después de la batalla”, y Aldo Miyashiro parece tenerlo muy presente en su derrotero. Por eso, lejos de aplaudir o criticar las medidas para enfrentar al virus, agarró mascarilla, alcohol y mameluco y salió a batirse con el enemigo invisible solo para poder ayudar al peruano que realmente lo necesitaba.
A diferencia de algunas figuras mediáticas, se te vio desde el día uno de la pandemia haciendo cosas tangibles por los peruanos en vez de juzgar y analizar el escenario.
Siempre me ha parecido que hablar es mucho más sencillo que hacer las cosas. Nosotros queríamos ver la forma de ayudar a la gente que no tiene absolutamente nada, porque ha sido desolador ver un panorama tan negativo y tan triste en el país.
Con ‘La cocina del pueblo’ llevaron ayuda real a más de 20 mil familias peruanas, ¿ese buen ejemplo se contagió en la televisión?
Muchos compañeros de televisión nos llamaban y, aparte de felicitarnos, nos decían que también lo iban a hacer en sus programas. Creo que ha sido una buena medida solidaria de “contagio” y nos ha alegrado muchísimo.
Imagino que el ejemplo de la solidaridad viene de casa...
Yo he visto a mi mamá siempre pensando en cómo ayudar a la gente que vivía cerca y que no tenían las mismas ventajas que nosotros. He visto a mi papá sacarse las zapatillas para entregarlas a alguien que las necesitaba en la calle.
Es que vivimos en un país con muchas desigualdades.
Siempre he crecido con eso en la cabeza, vivimos en un país donde lamentablemente mucha gente no tiene nada, y cuando digo nada, quiero decir sin acceso a salud básica, ni a educación, ni plata para almorzar o desayunar.
¿Qué faltó en el manejo de la pandemia?
Creo que las autoridades pudieron haberse apoyado un poco más en la fuerza y la logística que tienen dos entes que llegan a lugares inaccesibles: las fuerzas armadas y la Iglesia. Tienen bases por todos lados y siempre están a disposición.
Y en medio de tanta tragedia, un enfrentamiento mezquino entre dos poderes del Estado...
Era un tema que le podía interesar a ellos, pero no al peruano que se estaba muriendo de hambre o que necesitaba un balón de oxígeno o requería ingresar a un hospital para no morirse.
Era injusto detener al país en esta situación inédita.
Creo que la gente ha sentido un profundo dolor por ver a nuestras fuerzas políticas nuevamente en esos temas, más que en los que realmente importan. Creo que ese tira y afloja hizo que algunas canastas no lleguen a algunos lugares o la gente se quede sin sus bonos.
Hablemos de cosas menos importantes y, de esas, obviamente el fútbol es lo más importante...
¡Es una muy buena frase! Se la han atribuido a un montón de gente. De verdad, no encuentro algo que unifique tanto a los países. El fútbol tiene un poder, como deporte y como negocio, que podría ser mejor utilizado.
Cuando la pandemia sea un mal recuerdo, creo que la única alegría colectiva que podemos tener los peruanos está en el fútbol y, por eso, pienso que la selección peruana tiene una tarea titánica en estas clasificatorias...
Siempre que pienso en el fútbol lo hago con la imagen de los televisores que se prenden en el Hospital del Niño, en el hospital del cáncer, en los albergues de abuelitos, en la gente que se junta en un lugar donde no hay luz frente a un televisor con el estómago vacío.
Tu esposa (Érika Villalobos) dijo que le entusiasmaba la idea de incrementar la familia y que podía ser a través de la adopción.
Hablamos del tema de la adopción porque quizá es una forma de cambiarle la vida a un niño y darle una mejor oportunidad de vida. No es nada decidido, todavía tenemos que conversar, seguramente no se va a dar ahorita, pero sí es una idea que está en nuestras cabezas. Ojalá algún día tengamos una decisión más clara.
Perfil de Aldo Marcos Miyashiro Ribeiro
Actor, guionista, dramaturgo y presentador peruano de televisión. Saltó a la fama con el simpático papel de Caradura, en la serie Misterio. Desde el 2008 incursionó en la conducción de los programas nocturnos.