“Todo puede convertirse en canción”, es el nombre del sexto álbum de estudio de la costarricense Debi Nova, y ante semejante título, le preguntamos si es verdad que se puede tomar como inspiración cualquier tema, sin excepción.
“Para mí es como una lección, una gran metáfora de vida, que como seres humanos tengamos el poder de transformar en canciones esas cosas que nos pesan, incomodan o que también nos hacen felices”, dice la cantautora que este 25 de octubre interpretará los temas de su más reciente propuesta en la Sala Osma en Barranco.
¿En tu nuevo álbum hay esas experiencias que transformaste en canciones?
Sí, en este álbum en particular hay una canción que se llama Brindo, que está inspirada en una situación muy traumática que me sucedió hace 20 años. Una relación violenta de la que nunca pude escribir nada, y me tomó 20 años convertirla en una canción. De ahí vino el título, dije: “todo puede convertirse en una canción hasta eso que tenía guardado”.
Eso quiere decir que hay temas y situaciones canciones que deben esperar su momento para salir.
Sí, totalmente. Yo siempre he creído que las canciones tienen su propio curso, su tiempo y no hay que forzarlas. Salen cuando pueden y deben.
¿Y cómo se puede trabajar con ese criterio ante la inmediatez que exige la industria de lanzar un tema tras otro?
Es duro. Yo creo que el secreto es no fijarse mucho en el tema de números y algoritmos, porque la realidad es que cuando estás sacando un nuevo material, tus números y tus algoritmos suben y cuando no, bajan. En los últimos años, porque tuve una hija, me era imposible seguir al ritmo que venía. Te mentiría decir que no me estresé por mis números, el tema es poder removerse un poquito de esa ansiedad y demanda de la que hablas y que lamentablemente es real.
¿Enfrentas tu proceso de creación de cada álbum empezando de cero?
Creo que es inevitable cargar con un bagaje, decir que uno empieza de cero a estas alturas es un poco idealista. porque siempre vas cargando con cosas que tal vez no se resolvieron en el álbum anterior. Te diría que la intención es siempre empezar con una mentalidad fresca, con un nuevo capítulo, un nuevo proyecto. Este álbum en particular se pegó mucho a mi álbum anterior, Dar vida, aunque la intención siempre será sorprender.
Muchas veces cuando se va teniendo éxito se repiten las mismas fórmulas y no se arriesga.
A mí siempre me divierte muchísimo experimentar y si escuchas mi discografía vas a escuchar de todo un poco. Claro. que hay, temas y lugares donde me siento más cómoda que otras, pero no le tengo miedo a la música, y a entrar a otros terrenos.
Presentas tu sexto álbum y si haces una retrospectiva de tus anteriores, ¿cómo ves tu evolución? Tengo mucho menos miedo ahora que cuando comencé mi carrera. Antes me daba mucho miedo el fracaso, entonces, le ponía mucha presión al proceso, pero cuando estaba haciendo mi cuarto álbum sentí como que ya no me importaba ese miedo. que no quiere decir que no tomara en cuenta el recibimiento a mi música, pero haber desterrado ese miedo de fracasar hizo que que le diera mucha más libertad al proceso. Creería que esa es la evolución más grande.
Y a propósito, en tu álbum incluyes un dueto con el peruano Jaze.
Cuando estuve en Ciudad de México, trabajando unos temas en el estudio, alguien dijo: “¿Ya escucharon a Jaze, un artista de Perú? No lo había escuchado nunca. y cuando me mostraron un par de canciones me encantaron. Meses después, él estaba en Miami y me propusieron escribir con él. La verdad que fue un encuentro sin ningún tipo de agenda, no sabíamos si íbamos a escribir una canción, nos reunimos y finalmente salió ‘Perdidx en la ciudad’, y a mí me encantó. Me la guardé y dije: “creo que esta va para mi próximo álbum”. Así fue, tal cual.
