El tayta 'José María Arguedas'
El tayta 'José María Arguedas'

ELIZANYELA BELLIDO
ebellido@epensa.com.pe

Se sabe que aunque la tierra natal del escritor fue la provincia de Andahuaylas, en Apurímac, José María Arguedas Arguedas pasó parte de su vida en la provincia ayacuchana de Lucanas.
Era hijo de Víctor Manuel Arguedas Arellano, un abogado cuzqueño que ejercía de juez en diversos pueblos, y de Victoria Altamirano Navarro, quien murió cuando él tenía dos años. Tras ello, parte de su infancia estuvo marcada por la difícil relación que sostuvo con su madrastra y con su hermanastro, Pablo Pacheco.
En julio de 1921 se escapó de la casa de la madrastra junto a su hermano mayor Arístides hacia la hacienda Viseca, propiedad de su tío Manuel Perea Arellano, situada a 8 km de San Juan de Lucanas, donde vivió los años más felices de su vida.
Conoció más de 200 pueblos junto a su padre, pasando por Huamanga, Cuzco y Abancay. Dichas peripecias a través del sur del Perú y su internado en el colegio abanquino serían evocadas después en su novela "Los ríos profundos", su obra maestra.

LITERATO. Fue un escritor, antropólogo y etnólogo peruano. Como escritor es autor de novelas y cuentos que lo han llevado a ser considerado como uno de los tres grandes representantes de la corriente indigenista en el Perú, junto con Ciro Alegría y Manuel Scorza.
José María Arguedas, 'El Tayta', como lo denominan muchos paisanos, tuvo que luchar por la conservación de los elementos culturales de marcado acervo prehispánico. Murió en 1969, en la Universidad Nacional Agraria de la Molina ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien y que ocasionaría su fallecimiento.

OLVIDO. Este ilustre peruano dedicó su vida a luchar contra el olvido y por la salvaguarda de elementos culturales rescatables de las tradiciones andinas sobrevivientes en las regiones más olvidadas del Perú, con su carga autóctona y colonial.
Es así como, entre otros muchísimos ejemplos que se podría mencionar, la tradición andina del baile de las tijeras y la visión peculiar del mundo que mantiene su "danzak", o bailarín, que se trasluce en el cuento "La agonía de Rasu Ñiti"; o las celebraciones del cuento "Yawar Fiesta" se nos acercan en su mayor crudeza.

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